domingo, 26 de febrero de 2012

ACERCA DE MI ESCRITO

Por la mañana

G Iglesias, ha escrito un comentario, que dice:

Ojala –porque de eso se trata- de una manifestación de deseos. Salvo que uno se abroquele en un solipsismo sin límites. Brahms y un otoño enfático y gorriones llevando miguitas a sus pichones y un inesperado retorno que nos estremece mientras cavilamos al ritmo en que desciende el agua en la pava y la tinta al solvente entabla su dialéctica con la blancura del papel. Cesare Pavesse la traerá a ella de la mano. Nadie peleará por un mendrugo ni morirá calcinado en una guerra ajena y bastará pensar en los gorriones para que todos los trenes se detengan a tiempo. Ojala.

Yo redigo:
Es cierto, existen las guerras y el hambre, que no son una catástrofe, sino una forma de gobierno.
Existe la violencia entre las personas.
También los curas que violan niños inocentes.
Novios y maridos que prenden fuego a sus parejas.
30.000 desaparecidos.
Nietos usurpados, robados y su identidad modificada.
Un mercado perverso y despiadado que rige el destino del planeta, hasta que algún día le digamos ¡basta!
Trenes atestados que en cualquier momento no pueden aplicar los frenos y estalla el horror, acaece la muerte, el desgarro, los ayes que serán inolvidables para quienes allí estuvieron.
Existen también los gusanitos, las escobas, la peluquería, el mate, la pava, platos, vasos, cuchillos, tenedores y cuánto más existe sobre el planeta que ve modificada su geografía por inclemencias temporales y porque el hombre va depredándolo todo en aras de ese perverso mercado que los grandes grupos económicos van diseñando cual modelo de economía para los países.
Tengo escritos sobre estos temas, una obra escultórica que la más de las veces fue expuesta con sentido crítico a toda esa basura que existe.
Pero convengamos que el texto de G. Iglesias, tampoco modificará lo mencionado.

Aquella mañana, sentí el deseo de estar conmigo en mí, intentando acercarme al núcleo de mi alma, esa zona solitaria y sublime donde se muestra el Universo.
----------------------------------------------------------------------------

3 comentarios:

Anónimo dijo...

CIERTO,INTENSO...Y TRISTE!MARYLÁ

Anónimo dijo...

"Aquella mañana, sentí el deseo..."

Creo, Helios, no haber interpretado mal tu excelente texto

G. Iglesias.

helios dijo...

Es cierto, no lo has interpretado mal. Sólo quería decir eso que dije. Un abrazo