sábado, 11 de febrero de 2012

DE MI AUTORÍA

Entrevista a Claudio Simiz
En Arte y Letras, he publicado algunos de sus cuentos  Ir a Cuentos >>>

Helios Buira: -Claudio, contale a los lectores de Arte y Letras, y del BLOG, cómo fueron tus inicios en el mundo de la literatura.
Claudio Simiz: -Recuerdo que le dictaba a mi vieja los primeros versitos, cuando aún no sabía escribir., siempre me gustó crear cosas, sobre todo con palabras. Bueno, lecturas voraces, a los 16 empecé a hacer taller, participé en mis primeros recitales: Después vinieron las primeras colaboraciones (escasas) en alguna revista under, los primeros premios, el primer libro a los 19. En el 79 u 80 la revista “Pandemonium” (salió dos números) y la revista oral “Orfeo” en el Tortoni, durante un año. Entre los 17 y los 22 cursé Letras en la UBA, así se completó, digamos mi período de formación.
HB: -¿Participás de alguna corriente literaria en particular?
CS: - No, aunque si se recorre mi obra poética aparece lo social como una vertiente intensa y persistente, también la reflexión sobre la palabra y el hecho poético, pero no me parece que eso me ubique en una corriente específica. Por otra parte, aunque siempre participé en actividades grupales, dentro y fuera de la literatura, nunca me enganché con cenáculos u otros espacios vinculados al “poder poético” (aunque suene risible).
HB: -Se dice, que la poesía es el lugar más elevado de la creación literaria. ¿Se llega a ser poeta o como también muchos pregonan, se nace poeta?
CS: -No me hago cargo de esa aseveración, es ajena a mi modo de mirar las cosas. Pienso que en el poeta puede intervenir algún aspecto digamos “genético”, pero no creo que sea demasiado relevante. Sí lo son las experiencias tempranas (como en todo lo humano) y, después en lo cronológico, la voluntad, la elección de la mano de la decisión de explorar los nuevos caminos, el compromiso, digamos.
HB: -¿Cuándo sentiste el momento de saberte poeta?
CS: - Lo recuerdo vívidamente, volvía de la pileta de Vélez (yo vivía en Villa Luro). La tibieza del aire, el color del ocaso me transportaron, iba como entre nubes (pero particularmente lúcido de mí y mi entorno); al llegar a casa ya había escrito mi poema y, sobre todo, sabía que era y sería poeta.
HB: -¿Considerás a algún poeta como maestro, como guía? Me refiero a tu formación.
CS: -Hice taller a los 16 años con Sigfrido Radaelli, un buen poeta al que ahora valoro más aun que en aquellos años; fue un iniciador sutil y motivador a la vez, el grupo era el que iba educando. Y están los maestros, claro que iluminan desde sus textos; los sucesivos enamoramientos: Machado, Manrique, M. Hernández; Yupanqui y Borges llegaron casi juntos, después Vallejo, ambos Parra. En los últimos lustros redescubrí a los monstruos nacionales: M. Castilla y Juanele, en primer lugar, también González Tuñón y Orozco. En otras lenguas, con el pero de las traducciones, Baudelaire, Thomas, Guinsberg, Bandeira, Ungaretti…y los clásicos inoxidables : Kayyam, Los chinitos Tang, Catulo….aunque la que sucita en mí una permanente admiración, acaso la obra maestra inalcanzable para mí es la poesía popular, esa sencillez profunda y sabrosa (que seguro nunca lograré).
HB: -¿Qué lugar le otorgás a la poesía en este mundo mercantilizado, donde todo tiene valor dinero?
CS: - Diría que el de siempre, con distinto ropaje. Esencialmente hacer frente a la barbarie, a la naturalización de la perversa estupidez; simultáneamente, la lucha contra el discurso establecido, ese “no se puede” que nos quiere sumir en la impotencia, que nos achica el horizonte. La poesía es, ante todo, una apuesta a las potencialidades de lo humano. Y nadie tiene la entrada prohibida.
HB: -En Internet, hay muchísimas listas o grupos de poesía. ¿Participás en alguno?
CS: - Sí, en “Utopoesía”, una lista de poetas luso y castellano parlantes; por otra parte colaboro (o me “cuelgan” sin aviso) en muchas revistas electrónicas  (colaboro bastante sistemáticamente en “Isla Negra”. Sin dudas Internet marca un antes y un después en la difusión y la conexión de las distintas producciones poéticas.
HB: -En esos grupos, se encuentra todo tipo de participantes. Digamos, con la posibilidad de expresar su sentir. ¿Encontrás que hay poesía, que hay interés verdadero por el género?
CS: -Como siempre, hay de todo. Tu observación me parece justa, la dimensión estética está un poco desdibujada, pero es una floración saludable, la marea de publicaciones de libros (la mayoría, olvidables) no lo es tanto; bueno ahì aparece “Don Dinero” y se empiezan a desvirtuar las cosas. De todos modos, creo que todavía tenemos que dar el salto, salir del “leernos entre nosotros”; allí la educación y lo MCM deberían cumplir un rol mucho más consciente y comprometido, y estamos muy, muy lejos…
HB: -Si hablamos de poesía. ¿Crees, que se puede encontrar una manera bella de expresar el mundo? Lo cotidiano, lo de todos los días.
CS: - Sí, en la medida que podamos desarrollar una mirada amorosa de nuestro entorno; a mí, particularmente , y al paso de los años, el sabor de lo conocido, la percepción de lo raigal en los eventos del día “cotidiano” me resulta placenteras, estimulante y tranquilizadora. Pienso, además, que “lo cotidiano”, o, mejor dicho, su pintura, cobran relevancia cuando nos conecta con el redimensionamiento de nuestros espacios interiores y exteriores, con la exaltación de la alegría o de la lucha, digamos una forma de trascendencia en este peregrinaje por nuestro terrestre solar.
HB: -Escribir poesía ¿es una respuesta a las preguntas más profundas?
CS: -Ojalá fueran respuestas, más bien es un abrir oxigenadoras ventanas, mirar con otros ojos. De todos modos, en mi caso, la poesía me conecta con zonas ”de difícil acceso” para otros “vehículos”; pienso que para todos los que hemos tenido la oportunidad y decisión de navegar en estas aguas, la experiencia, con sus matices particulares, debe ser semejante.
HB: -En tu poesía. ¿Aparece eso cotidiano, el hombre concreto del que hablaba Unamuno?
CS: - Pienso que mi poesía es como una fotografía con una lente particular, tomada en un momento particular, con luces y sombras particulares. Allí aparece el hombre en un cruce espacio- tempo-existencial; y eso expresa cosas que trascienden ese momento particular; en este sentido mi trabajo verbal tiene fuertes nexos con el expresionismo (ya que andábamos buscando corrientes donde ubicarme…)
HB: -Ser poeta implica el estado de un alma en carne viva... ¿Crees que es así?
CS: -No me seducen las “versiones” del poeta como un ser especial, satánico o angélico, demiúrgico o atormentado. El momento de la creación y también el de la recepción de la poesía, son estados particularmente intensos, con los poros abiertos hacia adentro y hacia fuera (el arte en general, diríamos), allí podríamos acercarnos a tu metáfora.
HB: -¿Es un ser indefenso el poeta?
CS: - No, porque puede enunciar (acaso con mayores posibilidades que los que no lo son) lo que tiene dentro; repito, el poeta come, transpira, duerme, etc. como el resto de los mortales.
HB: -Sé que tenés hecho un estudio sobre los Poetas del Interior, que gracias a tu bondad, publicaré muy pronto en Arte y Letras. La pregunta, es si de todo ese estudio, de todas esas lecturas, hay algún poeta que te haya llegado a lo más hondo, que haya conmocionado tu sentir.
CS: -Esa temática es la que más trabajo, desde hace varios años. Ya mencioné a Castilla, a Juanele Ortiz, sin dudas son creadores paradigmáticos, y también te conté de mi admiración por la poesía popular, la rural y también la urbana. Hace unos años “descubrí” a un poeta neuquino, Miguel Costas, cuando lo leí me dije “este tipo llegó más lejos que yo en su búsqueda”, me gustaría conocerlo, es un poeta de mi edad. Nuestro país está plagado de voces diversas y conmocionantes, hay que afinar el oído, en eso trato de ayudar desde mi tarea de docente, investigador o crítico.
HB: -Bien, te agradezco la posibilidad de la entrevista y dejo para el final, que digas lo que te venga en ganas, lo que quieras decirle a los lectores de Arte y Letras. Muchas Gracias.
CS: - Arte y Letras está marcando rumbos en estos tiempos tan desconcertantes, tan “resbalosos” y angustiantes por momentos. Gracias a vos.
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Sobre Claudio Simiz
Nació en Capital Federal en 1960, es prof. y lic. En letras y cursa su doctorado en UBA. Realiza investigaciones sobre los grupos poéticos del interior y sobre poesía en general.
Se desempeña como docente en el nivel   superior, también como capacitador docente. Dirige la colección de poesía “Runa” y ha integrado numerosos grupos de poetas, con algunos de los cuales ha recorrido el interior dando recitales. Dicta cursos y conferencias de su especialidad en centros culturales y universidades del país. Publicó siete poemarios y numerosos artículos en diversos medios impresos y electrónicos.
Ha obtenido premios por su labor como cuentista y poeta; ha participado intensamente en la gestación de la radio y TV comunitarios y coordinó talleres literarios en el Oeste del GBA. Su verdadero orgullo son su hijos Lautaro y Federico (ninguno de los cuales parece ser devoto de la poesía), qué se le va a hacer  
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