jueves, 30 de mayo de 2013

JORGE LUIS BORGES

La relación de Jorge L. Borges con Bolivia, un libro y un poeta perdido
 
El escritor argentino dijo pocos años antes de morir que su poeta favorito era el boliviano Ramiro Tamayo, un desconocido incluso en su propio país natal. Borges le leyó su poema predilecto de este autor al escritor y periodista argentino Albino Gómez.

Tomado del diario Tiempo Argentino del día de la fecha
Por Martín Zelaya Sánchez

Una noche de jueves, tras largas horas hablando de libros y música junto a una botella de Fernet que se resistía a ceder, mi buen amigo, el bardo tarijeño Marco Montellano, me lanzó sin medias tintas: "¿Sabías que el poeta favorito de Borges era un boliviano?"
Y me habló entonces de Ramiro Tamayo, "que nada tiene que ver con Franz Tamayo, y que casi nadie conoce, pues ni siquiera aparece en los libros de historia de la literatura'".
Pasaron muchos meses, entre vueltas y olvidos, hasta que terminé por fin de decidirme a rastrear la ligazón –escasa, modesta, pero ligazón al fin– de Jorge Luis Borges con Bolivia, y escribir un artículo al respecto.
Dijo el autor de Los conjurados, pocos meses antes de morir, a un entrevistador boliviano: "Bueno, quiero contarle que una vez en una librería encontré un libro sobre Borges –le encantaba hablar de sí mismo en tercera persona–. Lo había escrito Marcial Tamayo (boliviano), al que después conocí.' Mi memoria asocia Bolivia con Ricardo Jaimes Freyre, el poeta más preciosista del modernismo; y luego tienen a Reynolds, y al mismo Tamayo'". 
¿Cuál Tamayo?, habrá que preguntarse. ¿Tal vez, por el contexto, esta vez sí Franz Tamayo? ¿O Marcial?, ¿O su hermano menor, Ramiro, un comunicador, cineasta e intelectual boliviano que creció y vivió gran parte de su vida en Buenos Aires, y que escribió el poema que tanto fascinó a Borges?
En 2007 el poeta y crítico Juan Carlos Ramiro Quiroga posteó en su blog el artículo "Borges a calzón quitado", en el que Albino Gómez cuenta de la relación del mayor escritor argentino de la historia con los Tamayo. Nadie le dio entonces mucha bolilla a ese texto, pese a su valía.
Cuenta Gómez: "Ramiro comenzó a destacarse por una tan excelente producción poética que motivó un breve prólogo de Borges a lo que constituyó su primer libro de poemas, donde el escritor se refería a sí mismo como un "poeta crepuscular" –a pesar de que todavía no tenía 50 años– llamando a Ramiro un "poeta del alba".
Más adelante, Gómez cuenta que Tamayo era tan perfeccionista que retiró y devolvió el libro varias veces a la imprenta y al final nunca se editó. Y comenta: "'con sus 18 años, Ramiro Tamayo era para su gusto (de Borges) el mejor poeta de nuestra lengua. Y con esa memoria prodigiosa que siempre lo caracterizó, a pesar de los más de 20 años transcurridos, recordó y recitó uno de los poemas de Ramiro que decía..." (ver recuadro).

DUDAS. Pero ¿cómo es posible, entonces, que pocos hayan oído hablar de los Tamayo y, sobre todo, que nadie o casi nadie en el país se haya preocupado de un poeta que deslumbró ni más ni menos que al mismísimo Borges?
"Ten cuidado con que sea un poema apócrifo", me advirtió Luis "Cachín" Antezana, autor del libro Álgebra y fuego: lecturas de Borges.
Considerado como uno de los máximos eruditos borgeanos en el país, tras leer el texto de Gómez, Antezana se limitó a comentar: 
"No hay mucho que decir al respecto: los Tamayo fueron amigos de Borges, efectivamente. Biográfica y bibliográficamente se sabe que el único libro dedicado a su obra que Borges leyó fue el primero: el que escribieron Adolfo Ruiz Díaz y Marcial Tamayo (Borges. Enigma y clave). Está inclinado a discernir las fuentes clásicas (grecolatinas) en Borges; pero, en el camino, tiene un excelente análisis del cuento 'La muerte y la brújula'".
Similares dudas tiene Rodolfo Ortiz, director de la revista La Mariposa Mundial: "Que yo sepa Borges elogió no sin cierta dosis de ironía el poema 'Peregrina paloma imaginaria', de Ricardo Jaimes Freyre'." 
"Del tal Ramiro Tamayo –comenta– nada encontré en mi gaveta y tengo serias dudas del texto que me mandaste no vaya a ser un apócrifo más sobre el maestro". 
Qué mejor entonces que recurrir a la fuente primaria. "Deseo que quede bien en claro que el poema recitado por Borges pertenecía a Ramiro Tamayo y estaba dedicado a una bella muchacha que cursaba la carrera de abogacía, y fue publicado en la revista de poesía Latitud 34", sostiene Gómez, escritor y diplomático argentino, amigo de Marcial y Ramiro, y que hace pocos días tuvo la gentileza de contestar un cuestionario, luego de que la magia de Google permitiera ubicarlo. Hasta aquí lo de los Tamayo.

EL LIBRO DE DANTE. Terminé de decidirme a escribir esta nota, decía antes respecto al "caso Tamayo", pero en realidad una idea primigenia había surgido mucho antes, a fines de los '90, cuando hallé en un cajón de ofertas de una librería de Sopocachi un libro en el que Dante Escóbar cuenta cómo Borges le mostró, una tarde de 1985 en su casa de la calle Maipú, en pleno centro de Buenos Aires, un ejemplar de Índice de la poesía boliviana contemporánea, de Juan Quirós.
Hábil, conociendo todos los obstáculos de la casa, se dirige a una sección de la biblioteca y trae consigo un volumen azul. "Vea este libro –le dice el escritor a Escóbar, sí, al mismo Dante Escóbar que años después fue juzgado y condenado por un millonario fraude y que aún hoy está preso en La Paz–: me llegó en los últimos meses. Me lo han recomendado y tengo deseos de conocer lo que se ha escrito en Bolivia en los últimos diez años”.
En otro momento de la extensa entrevista –publicada en un extraño libro llamado Las obsesiones de Borges (Distal, 1989)– el autor de El hacedor comenta: "Qué bueno que ustedes los bolivianos se acuerden aún de Ricardo Jaimes Freyre sus leyes sobre la versificación son una obra maestra".
Cuando, tras hablar de autores, libros, estilos, mitología, religión, ontología, la charla gira en torno al periodismo y las entrevistas, Borges, franco, admite que "son reprochables" porque el periodista generalmente "asume el predestinado papel de interrogador fiscal". 
No obstante, lo arregla pronto y dice: "Pero si me piden un reportaje para un diario del interior o, en su caso, de Bolivia, pienso que puedo ayudarlos y lo hago contento. No sé, me llama la atención su país, donde hay gente que se interesa por lo mío y los artículos que usted publicó sobre mí en La Nación."
Siempre quise escribir algo en torno a este pequeño texto –son 120 páginas, pero la entrevista ocupa apenas 70; el resto, es una arbitraria "antología poética" de Borges elaborada por el autor–, pero recién hace un par de semanas lo reencontré, tras varios años olvidado, en uno de los cajones de libros que yacen bajo los anaqueles de mi pobre biblioteca que nunca termino de ordenar.

LO DE MENOS Y LO DEMÁS. Menciona Ortiz a Jaimes Freyre, que, sin lugar a dudas, es la máxima referencia que Borges tenía sobre Bolivia, pues incluso lo mencionaba como ejemplo y recitaba sus versos en varias conferencias de su vejez.
Además de Jaimes Freyre (ver recuadro), los Tamayo y Dante Escóbar, algunas breves "relaciones" del autor de El Aleph con nuestro país se hallan en el diario de Adolfo Bioy Casares:
Un comentario desfavorable de Borges sobre una conversación que tuvo en 1968 con la esposa del embajador boliviano en Argentina y un proyecto de luna de miel en Bolivia, cuando Borges quiso casarse con María Esther Vásquez.
 Por lo demás, en el prólogo a Un bárbaro en Asia, de Henri Michaux, traducido por él mismo, Borges escribe: "Hacia 1935 conocí en Buenos Aires a Henri Michaux ('). Solía asombrarnos con noticias tristísimas de Bolivia, donde había residido un tiempo."
La última, que sólo hay que tomar como rumor, pues no hay fuentes ni rastros. En plena guerra de las Malvinas, Borges habría declarado que "Argentina e Inglaterra parecen dos pelados peleándose por un peine" y que "las islas habría que regalárselas a Bolivia para que tenga salida al mar". No consta a nadie, pero quién sabe. «

Ramiro tamayo, el gran poeta sin libro
Tratando de zanjar la polémica, y tras ubicar su correo electrónico, le preguntamos a Albino Gómez: "Aparte de lo que cuenta en el artículo, ¿recuerda algo más que Borges haya mencionado sobre su relación con Marcial y Ramiro Tamayo?"
Debido a que no pocas veces se atribuyeron al maestro textos y poemas apócrifos, y ante las pocas referencias de Ramiro Tamayo, en Bolivia hay quienes sospechan que quizás el referido poema sea también un apócrifo. ¿Cómo puede Gómez ayudarnos a disipar esta duda? Resumimos, a continuación, la extensa respuesta.
"Ramiro fue un gran poeta y es verdad que su perfeccionismo le impidió editar ese libro (en el que iba a estar el poema que sólo la memoria de Borges mantuvo vivo). Yo lo conocí en quinto año del Colegio Nacional, cuando él llegó con su padre, don José Tamayo, su madre, su hermano Marcial, que ya tenía 28 años, y Celicetta, su hermana de 20 años."
"Fuimos muy amigos durante años. Ingresamos juntos a la Facultad de Derecho que pronto él abandonó porque no le interesaba. Lo malo es que también dejó la poesía y eso fue una gran pérdida. Se dedicó al cine primero y con el entonces periodista e incipiente escritor Tomás Eloy Martínez, luego famoso, hicieron un filme sobre una leyenda norteña que tuvo muchos premios y creo que figura en las buenas enciclopedias del cine." (…)
"Quien tuvo más continuada relación con Borges fue su hermano Marcial. Porque los Tamayo, a pesar de que al caer Villarroel don José dejó de ser embajador, siguieron viviendo en Buenos Aires."
"Y don José, ya viudo, llegó o pasó los 90 años y recibió siempre la generosa ayuda de Marcial, que desarrolló una gran carrera y publicó un extraordinario libro dedicado a su padre, que es una verdadera joya literaria. El título es Demasiada luz, y lo publicó la editorial Proa, con ilustraciones de la hermana de Borges, Norah."
"Yo seguí tratando más a Marcial que a Ramiro porque coincidimos en Nueva York y en Washington, donde Marcial estuvo unos diez años como representante del Secretario General de ONU ante la Casa Blanca."
"Así fue cómo en 1967 y 68 recibí a Borges en dos oportunidades. En la segunda, cuando se quedó tres días, me dijo que la única persona con la que le interesaba conversar en Washington era con Marcial."
"Cenaron en mi casa y charlaron hasta casi las tres de la mañana. Borges estaba acompañado por su primera y reciente mujer, de la cual se separó rápidamente."
"En fin, no quiero tomarle más tiempo, pero puede usted afirmar con total seguridad que el poema recitado por Jorge Luis Borges pertenecía a Ramiro Tamayo. La muchacha a quien fue dedicado, lo merecía." 
Va, entonces (en cuadro adjunto), el poema que Borges le recitó a Gómez en una entrevista citada en el artículo "Borges a calzón quitado", que se puede hallar velozmente googleando.

Ricardo jaimes freyre
"En el caso especial de Jaimes Freyre –pregunta Dante Escóbar avanzada la entrevista, en su libro Las obsesiones de Borges– ¿sentía usted alguna influencia de su poesía?" "Quizás –responde el maestro– muchas de mis primeras experiencias poéticas tienen influencia de Jaimes Freyre; era un preciosista. En su poesía, y no lo digo porque usted sea boliviano, la página es parte del lenguaje en la comunicación íntima poeta-lector. En Darío también hay una comunicación íntima, como la hay en otro gran poeta como lo es Verlaine."
"No me cabe duda de que en mi libro Fervor de Buenos Aires hay versos con notable influencia de Jaimes Freyre y Lugones."
"Es realmente curioso, ¿no?, que Jaimes Freyre haya sido más honrado, homenajeado aquí, en Argentina, y no en su propio país, con lo que se confirma que el oficio de escritor es extraño: unos reciben muchos elogios y premios, y otros son desestimados o rechazados por cuestiones extraliterarias."
"… Recuerdo sus famosos versos –dice mucho después, casi al final de la larga charla lograda en cuatro tardes consecutivas– 'Peregrina paloma imaginaria, que enardece los últimos amores; alma de luz, de música y de flores, peregrina paloma legionaria." Cómo no hallar metáfora en estos versos, y no importa el sentido intelectual de los versos; lo que importa es que nos llegan… son versos preciosos." 

El poema de r. tamayo
Tú que tienes los ojos como caminos de Dios. / Que los tienes como atardeceres en los ventanales / de mi casa / (ahí, frente a los árboles / que reciben el viento que llega desde el campo). / Tú que tienes los ojos como un Domingo / como uno de esos días esperados desde la infancia. / Que los tienes poblados de sueños / y de cuentos deslumbrantes. / Tú que miras con esa lejanía /con que se miran las cosas supremas. / Tú que tienes esos ojos dime: Qué es eso algo triste / que está andando por las calles? / Lo que nos despierta –a veces en / medio del sueño / con grandes lágrimas. / Aquella pesada hoja que cae / y se demora en la frente. / Dime despacio / el nombre del niño de los pómulos violetas / que afronta una mudez aciaga. / Tú que tienes los ojos poblados de cielos / que los tienes repletos de ansiedad. / Repite esas palabras tenaces / –y tan débiles / que llenan las horas sin horas. / Muchacha, repítelas.
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miércoles, 29 de mayo de 2013

EL CORDOBAZO

HOMENAJE

Tomado de www.escuelas.edu.ar 

Nuestra experiencia nos ha enseñado que,
sobre todas las cosas, debemos ser pacientes,
perseverantes y decididos.
A veces pasan meses sin que nada
aparentemente suceda.
Pero si se trabaja con ejercicio de estas
tres cualidades, la tarea siempre ha de fructificar;
en una semana,
en un mes
o en un año.
Nada debe desalentarnos.
Nada debe dividirnos.
Nada debe desesperarnos".

Agustín Tosco 
Dirigente Sindical Revolucionario 


Agustín Tosco al frente de la marcha
Córdoba se había convertido en la capital industrial del interior. En ella estaban instaladas la mayoría de las fábricas de automotores del país, una industria moderna propiedad de poderosas sociedades extranjeras como Fíat y Renault. Esta última había adquirido las instalaciones de Industrias Kaiser Argentina, IKA, de origen estadounidense, radicada en Córdoba desde 1955 y dedicada a la producción de automóviles. Los obreros industriales que trabajaban en esas plantas recibían salarios más altos que el salario promedio industrial percibido en otras provincias. Como resultado de todos estos factores, en la ciudad de Córdoba se profundizó el proceso de urbanización.

      En mayo de 1969, el Poder Ejecutivo Nacional dictó un decreto por el cual se derogaban los regímenes especiales sobre el descanso del sábado inglés en Mendoza, San Juan, Tucumán y Córdoba. Al mismo tiempo también anunció el congelamiento de los convenios colectivos y de los salarios. 

      En Córdoba, las regionales de SMATA - el Sindicato de los Mecánicos de Automotores y Transportes de la Argentina -, de Luz y Fuerza y la UTA - Unión de Tranviarios Automotor- convocaron a una asamblea general. Las conducciones de estos tres sindicatos, cuyos trabajadores recibían los salarios más altos del país, lideraron la protesta. La sesión de esa jornada terminó con un enfrentamiento con la policía y un llamado al paro general.

       El 29 de mayo de 1969, obreros y estudiantes cordobeses y de otras provincias salieron unidos a las calles de Córdoba. Ante la magnitud de la movilización; Onganía ordenó que las Fuerzas Armadas se hicieran cargo de la represión. La protesta fue un hecho localizado en la ciudad de Córdoba y como resultado de los enfrentamientos hubo presos, decenas de heridos y 16 muertos, algunos ajenos a la manifestación.

      La protesta se extendió a otras provincias. Rosario fue declarada zona de emergencia y colocada bajo jurisdicción militar. También se profundizaron los conflictos en la provincia de Tucumán. El cordobazo fue el inicio de un proceso de agudización de la protesta social y la lucha armada que, desde entonces y por varios años, se desarrolló en la sociedad argentina.

  Los estudiantes en el mayo cordobés.

      Un rasgo original del movimiento estudiantil de 1969 fue el ejercicio de la crítica a la organización, los contenidos y la práctica de la enseñanza. Es cierto que esta línea de acción estudiantil fue uno de los argumentos centrales de la Reforma de 1918, y el movimiento estudiantil reformista siempre manifestó una genuina preocupación por lo que se denominaba la cuestión de la calidad de la enseñanza. Lo distintivo de 1969 fue la radicación de los planteamientos y el inicio de lo que podríamos llamar acción directa en muchas cátedras, escuelas y facultades, contra los profesores que eran considerados los representantes más evidentes del statu o la política de la dictadura en lo académico: mala calidad de sus conocimientos, desactualización, falta de pluralismo en los discursos, autoritarismo en la relación docente - alumno.

      Lo novedoso respecto de la práctica anterior del movimiento reformista estuvo dado por la masividad de la participación y la generalización de los reclamos hasta constituirse en una demanda general que abarcó prácticamente a toda la universidad.

      Además, los reclamos relacionados con la calidad de la enseñanza se convirtieron en el eje de una movilización activa e inmediata. (Tomado de Horacio Crespo y Dardo Alzogaray, Los estudiantes en el Mayo cordobés).

  Los sectores sociales y políticos frente al Cordobazo.

      Luego de los sucesos del Cordobazo, los distintos sectores sociales analizaron los hechos con la intención de encontrar su significado.

      Los empresarios de la Confederación General Económica y el sindicalismo participacionista y vandorista explicaron el Cordobazo como el resultado de la aplicación de una política económica y social liberal que, por no contemplar los costos sociales, generaba tensiones que se habían acumulado y que finalmente explotaron en aquel episodio. Frente a esta situación, proponían la conformación de una alianza social entre algunos sectores de las Fuerzas Armadas, los empresarios nacionales y los trabajadores. Reconocían la importancia de las inversiones de capital extranjero pero sostenían la necesidad de un mayor control sobre ellas.

      Tanto la CGE como la CGT propusieron la sustitución de Krieger Vasena. Ambas entidades entendían que las movilizaciones populares que se habían extendido en todo el país después del Cordobazo, podían servir como elemento para presionar al gobierno y lograr cambios en la orientación de las políticas que favorecieran sus intereses.

       Los principales medios periodísticos y amplios sectores de la gran burguesía industrial tenían una lectura diferente de la situación. Desde el punto de vista de estos sectores, los acontecimientos ocurridos en el interior fueron el resultado de la falta de autoridad del gobierno frente a lo que entendían era el avance del comunismo internacional. Criticaron que el gobierno no hubiera desmantelado la capacidad de organización de los sindicatos y que no hubiera ordenado reprimir con mayor dureza los desbordes sociales.

      Desde el punto de vista de las organizaciones de la izquierda peronista y los partidos y agrupaciones de izquierda no peronista, el Cordobazo significaba el comienzo de la revolución social que conducía al país hacia el socialismo.

       Por su parte, los partidos políticos tradicionales, el peronismo y el radicalismo pensaban que la violencia social tenía que tener como objetivo la recuperación de la democracia. Sostenían que la vida política del país debía reencauzarse en las instituciones del sistema republicano.

      Para los sectores liberales más tradicionales, el Cordobazo representaba la pérdida del orden y la confirmación de la imposibilidad de consolidar un modelo económico de crecimiento y de estabilidad sobre la base de los valores nacionales.

  Las consecuencias políticas del Cordobazo.

      El Cordobazo provocó varias renuncias en el gobierno. Fueron reemplazados el general Imaz, ministro de Interior y hombre de confianza de Onganía, y el ministro de Economía, Adalbert Krieger Vasena.

      Krieger Vasena fue reemplazado por Dagnino Pastore, un técnico alejado de las expectativas de la CGE y la CGT pero que tampoco contaba con la confianza de la gran burguesía industrial. Rápidamente disminuyeron las inversiones y se aceleró la inflación.

      Los sectores militares liberales comenzaron a planear el desplazamiento de Onganía del gobierno. Para la gran burguesía industrial y la mayoría de las Fuerzas Armadas, los tiempos de Onganía al frente del gobierno habían llegado a su fin.

      Hacia 1970, estos sectores no tenían muy claro qué tipo de sistema iba a reemplazar al instaurado por Onganía. No estaban de acuerdo con la política negociadora de Onganía con los sindicatos, pero consideraban necesario encontrar una salida política que contuviera la presión social y obtuviera cierto consenso entre algunos sectores de la sociedad.

      También para los sectores más conservadores, el Cordobazo había puesto en evidencia las limitaciones del Estado burocrático autoritario implantado en 1966.

 La caída de Onganía.

      Después del Cordobazo, el clima de violencia social se agravó. El 30 de junio de 1969, el gobierno declaró el estado de sitio en todo el país. Esta medida, que significaba la suspensión de las garantías constitucionales de los ciudadanos fue justificada para "dotar al gobierno del instrumento legal adecuado para asegurar la paz y el orden en todo el territorio de la república".

      Sin embargo, entre junio de 1969 y mayo de 1970 se produjo una serie de acontecimientos violentos y movilizaciones sociales que tuvieron profunda repercusión en toda la sociedad y que terminaron de debilitar la posición de Onganía.

      Sin duda, el hecho decisivo que precipitó la caída de Onganía fue el secuestro del general retirado y ex presidente Pedro Eugenio Aramburu por los Montoneros en el mes de mayo de 1970. Aramburu fue asesinado el 1 de junio y su cadáver fue encontrado unos días después.

      El 8 de junio, la Junta de Comandantes dio a conocer un comunicado en el que anunciaba que "las Fuerzas Armadas no estaban dispuestas a otorgar un cheque en blanco al Poder Ejecutivo Nacional". Finalmente, esa noche, Onganía presentó su renuncia

martes, 28 de mayo de 2013

VICENTE BATTISTA

Esperanza

Tomado del diario Página 12 del día de la fecha

No es fácil cambiar de diario. El lector se acostumbra a los títulos, los modos de diagramación, las formas gráficas. Si bien leo diversos medios por Internet, mantengo la buena costumbre de desayunar junto a un diario específico, al que podríamos denominar el “periódico de cabecera”. Hacia fines de 2003 ese periódico era Clarín: todas las mañanas lo tuve junto a la taza de café con leche y la tostada con manteca, hasta que comprendí que su lectura me agriaba el desayuno. Harto de tanta mala honda y tantas mentiras, pasé por el quiosco y le pedí al canillita que suspendiera Clarín y me trajera Página/12. Desde hace cerca de diez años, Página me acompaña invariablemente en todos mis desayunos. Leer el del domingo 26 me significó evocar nuevamente todos y cada uno de los momentos del día anterior: el sábado de gloria en la Plaza. Me quiero referir en especial a una nota, la de Mario Wainfeld, a una frase de esa nota que, por sencilla y definitiva, me pareció esencial a la hora de definir esta década ganada. Antes de entrar en materia, permítaseme recordar un par de cosas que descubrí camino a la Plaza. En primer lugar, el modo en que se había hecho carne aquel pedido de la Presidenta de responder al odio con amor: no había pancartas que pedían la muerte de los opositores, no había carteles que denunciaban por corruptos a los opositores, no había un solo manifestante que se acordara de los opositores, eran ignorados, del mismo modo que, aunque sea por razones de salud pública, se hace preciso ignorar el bombardeo cotidiano al que nos someten los medios hegemónicos. Y si de bombardeo se trata, recordé el que se había producido en esa misma Plaza poco antes del derrocamiento del gobierno de Perón. Hace un par de semanas, en su programa Bajada de línea, Víctor Hugo Morales mostró un noticiero de la época que culpaba a Perón por ese crimen masivo. El Tirano Prófugo, como lo llamarían poco después, debería haber renunciado, pero como se negó a hacerlo, a los nobles y heroicos aviadores no les quedó otro camino que arrojar sus bombas que destrozaron a hombres y mujeres, a niños y niñas. Todo sea por la patria, el giro “daños colaterales” aún no se había inventado.

Los medios hegemónicos de hoy se comportan del mismo modo que lo hacían los de aquella época. Tal vez por esos días ya circulaba la frase que le atribuyen a Goebbels: “Miente, miente... que algo queda”. Derrocado Perón, los que habían sido sus opositores no aceptaron ni una sola conquista social, cultural y obrera lograda en los años de su gobierno. La oposición actual, nótese, tiene el mismo comportamiento: no hay una sola medida del kirchnerismo que le parezca positiva; como los opositores del ’55, anteponen el insulto a la discusión de ideas. Ayer, Perón y Eva eran criaturas diabólicas, no en vano él había sido excomulgado, ella murió antes de recibir ese castigo. No voy a cometer la indecencia de repetir los agravios que hoy, día a día, sufren Néstor y Cristina. Hay que reconocer, sin embargo, que el clero actual es más tolerante: no excomulga a curas torturadores, tampoco a curas pedófilos.

Es hora de volver a la nota de Mario Wainfeld, a la crónica que hizo luego de su recorrido por la Plaza. No conozco personalmente a Wainfeld, leo sus textos e invariablemente comparto lo que en ellos dice; también el del domingo 26, en donde señala: “Un flaquito pelado que viene de Ensenada, acusa 35 años, con dos pibes a cuestas prodiga cariño. Y explica: ‘Soy hijo de desaparecido y éstos son hijos de la esperanza’”. Recordé a José Martí: “Hay tanto que decir, que ha de decirse con el menor número de palabras posible; eso sí, que cada palabra lleve ala y color”, dijo el poeta cubano. Las palabras del flaquito pelado de Ensenada llevan ala y color, qué duda cabe, ¿hay acaso otra manera más concluyente para definir esta década ganada?

* Su última novela publicada es Ojos que no ven.
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lunes, 27 de mayo de 2013

VIVIANE FORRESTER

Por qué en Europa, pasa lo que está pasando, que ya ocurrió en América Latina.
Invito a leer el ensayo de Viviane Forrester, que ya lleva varios años de su publicación, o sea, que esta mujer, se adelantó en el tiempo a los acontecimientos.
Y la oposición, en Argentina, dice que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner es una dictadura y que va camino al Hitlerismo.
¿Quiénes serán los que fogonean semejante barbaridad? Bueno, tal vez lo escrito por Viviane Forrester, nos aclare la cuestión.
Son los mismos. Siempre los mismos.
En nuestro país, desde el año 1930, cuando comenzaron la seguidilla de golpes de Estado para mantener su ignominia, sus beneficios económicos en detrimento del resto de los argentinos.
Hoy, la oposición, propone lo mismo. 
Dicen NO a la distribución equitativa de la Renta Nacional.

UNA EXTRAÑA DICTADURA
Capítulo 1

Día a día asistimos al fiasco del ultraliberalismo. Cada día, este sistema ideológico basado en el dogma (o el fantasma) de una autorregulación de la llamada economía de mercado demuestra su incapacidad para autodirigirse, controlar lo que provoca, dominar los fenómenos que desencadena. A tal punto que sus iniciativas, tan crueles para el conjunto de la población, se vuelven en su contra por un efecto bumerán, y al mismo tiempo el sistema se muestra impotente para restablecer un mínimo de orden en aquello que insiste en imponer.

¿Cómo es posible que pueda continuar sus actividades con la arrogancia de siempre, que su poder tan caduco se consolide y despliegue cada vez más su carácter hegemónico? Sobre todo, ¿de dónde viene esta impresión creciente de vivir atrapados bajo una dominación inexorable, "globalizada", tan poderosa que sería vano cuestionarla, fútil analizarla, absurdo oponérsele y delirante siquiera soñar con sacudirse una omnipotencia que supuestamente se confunde con la Historia? ¿A qué se debe que no reaccionemos, que sigamos cediendo, consintiendo, atenazados, rodeados de fuerzas coercitivas, difusas, que parecen saturar todos los territorios, ancladas, inextricables y de orden natural?

Es hora de despertar, de constatar que no vivimos bajo el imperio de una fatalidad sino de algo más banal, de un régimen político nuevo, no declarado, de carácter internacional e incluso planetario, que se instauró sin ocultarse pero a espaldas de todos, de manera no clandestina sino insidiosa, anónima, tanto más imperceptible por cuanto su ideología descarta el principio mismo de lo político y su poder no necesita de gobiernos ni instituciones.

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domingo, 26 de mayo de 2013

RICARDO FORSTER

RICARDO FORSTER HABLA DE LA ANOMALÍA KIRCHNERISTA
“El kirchnerismo perturba la buena conciencia argentina”
En su flamante libro, el filósofo y ensayista plantea que la aparición de Néstor Kirchner “rediseñó, hacia atrás y hacia adelante, la travesía del país”. Y aquí plantea que “nadie puede permanecer indiferente a lo que esta década suscitó en términos de discusión”.

Tomado del diario Página 12 del día de la fecha
Por Silvina Friera

Ricardo Forster.
Las pasiones políticas regresaron. La lengua de Néstor Kirchner, a diez años de su irrupción en la escena argentina, “rediseñó, hacia atrás y hacia adelante, la travesía del país”, plantea Ricardo Forster en La anomalía kirchnerista (Planeta). “El kirchnerismo perturba, desacomoda, incomoda; desemprolija una historia que prolijamente iba cegando cualquier posibilidad de cambio. Bajo otra lógica, recobra aquella idea cookeana de lo maldito; rompe ese bloque bien ordenado del poder. El kirchnerismo introduce una febrilidad a la realidad, le sube la temperatura. Me interesa el kirchnerismo en la medida que perturba la buena conciencia argentina”, admite el filósofo en la entrevista con Página/12. “El lenguaje es el centro de una disputa. Las palabras se convierten en instrumentos de construcción de sentido, en trama de controversia política. Y más hoy cuando todo está en discusión. Lo que rescato de este tiempo –por eso el concepto de anomalía que retoma el título de otro libro, pero que ahora piensa específicamente lo kirchnerista– es que no recuerdo un momento histórico donde tantas cuestiones hayan sido puestas en debate público. Y que se lo haya hecho tocando núcleos del sentido común que antes permanecían intocables, independientemente de si uno se siente más próximo o lejano del kirchnerismo. Nadie puede permanecer indiferente a lo que esta década suscitó en términos de discusión.”

–Le han cuestionado el concepto de “anomalía”, una palabra que tal vez genera cierto malestar.

–No soy un defensor a ultranza de una palabra, como si fuera iluminadora del mundo. El concepto de anomalía apunta a un énfasis: qué hay de ruptura, de giro, de perturbación en esta época. Qué trajo el kirchnerismo, en un sentido de ir a contracorriente. Intento ser muy benjaminiano en mi lectura de la realidad histórica, de lo que va sucediendo en el interior de la vida social-político-cultural. Me interesa mucho la idea de la ruptura, de discontinuidad, de sorpresa, de lo inesperado, de la excepcionalidad. No creo en las concepciones acumulativas de la historia, en la historia como una continuidad necesaria. Desde esa perspectiva, me interesa el dislocamiento, la ruptura, el descentramiento; lo que viene de antes, pero cae en el interior de una nueva significación. No pretendo que la anomalía sea una categoría ni que el kirchnerismo no tenga dentro suyo continuidades. Hay un conflictivo vínculo con el peronismo, resabios de la vieja política, dispositivos de alianzas que, lejos de ser innovadores o rupturistas, podrían ser leídos como continuidades de formas previas. Pero el kirchnerismo coloca a todo eso en una “dimensión otra”. Y al colocarlo en esa otra dimensión, lo desplaza. No es lo mismo una alianza con gobernadores o intendentes para llevar adelante las políticas de siempre, que una puja en el interior de un dispositivo tan complejo como el peronismo para sostener una política de transformación de la sociedad.

–¿Qué otras cuestiones son tensas para usted al interior del kirchnerismo, eso que se podría definir como núcleos críticos, problemáticos?

–El kirchnerismo no ha podido todavía salirse de cierto abrazo de oso que le marca una historia muy compleja del peronismo. Soy de aquellos que piensan –y lo digo en el libro– que el kirchnerismo es un plus. Que es el peronismo, pero es algo más. Que el kirchnerismo no debe ser pensado sólo desde la matriz del peronismo, sino que se ha constituido en el interior de una nueva experiencia histórica en la Argentina. Se nutre del peronismo, pero a su vez se mueve en el interior de una realidad que ya no es aquella que definía las circunstancias hegemónicas del peronismo tal cual lo conocimos. El kirchnerismo tiene un problema no menor: cómo construye alianzas y cuáles son los actores sociales y económicos con los que desarrollar esas alianzas. El ideal inicial del kirchnerismo de forjar una burguesía nacional ha fracasado. Los sectores del capital en la Argentina están siempre al borde de la ilegalidad y del juego de debilitamiento de las estructuras institucionales, porque estaban acostumbrados a ser los que determinaban la vida política. El kirchnerismo se ha encontrado frente a un problema no menor en relación con la estructura sindical, que está fragmentada, y no queda claro si hay un actor sindical que pueda sostener al Gobierno, en caso de dificultades. No ha logrado desplegar una transformación de la estructura del Estado que esté a la altura de los cambios que efectivamente sí ha producido. No quiero disculparme frente a la pregunta “¿cuáles son tus críticas?”. Lo voy a decir de una manera muy contundente y decisiva: tanto Néstor Kirchner como Cristina siempre se colocan a la izquierda de nuestras supuestas críticas de lo no hecho. A nosotros no se nos hubiera ocurrido que éste era el momento para plantear una reforma de la Justicia. Discutir la Justicia es discutir una de las tramas estructurales del poder y de las formas de dominación de una sociedad. Al mismo tiempo, vos me dirías: “¿Qué hacemos con los qom?”. Ahí hay una deuda y hay que actuar sobre esa deuda.

–Es una gran deuda, a pesar de que no se puede obviar el hecho de que el kirchnerismo hizo por las comunidades originarias lo que no hicieron otros gobiernos.

–Pero eso lo endeuda más. Si este es un gobierno que efectivamente ha avanzado en la construcción de nuevos derechos –que tienen una relación directa con los sectores más débiles de la sociedad, desde las minorías sexuales hasta las minorías étnicas–, el gobierno más responsable es de cualquier tipo de acción violenta o de cualquier pérdida de garantías para que esos derechos funcionen. El Gobierno no puede decir “nosotros somos los que más hicimos”. Se tiene que hacer cargo de que modificó un mapa de carencias, pero que hoy está más obligado. Lo mismo sucede con los sectores populares, con los trabajadores. Cuando vos salís de un momento de destrucción, de caída brutal de salarios, de desocupación y reconstruís salarios y derechos, el piso cada vez es más alto y las aspiraciones cada vez mayores. Y, por lo tanto, las demandas van a crecer. Y un gobierno democrático, transformador, progresista, no puede decir “ya les dimos demasiado”. Cuando una sociedad se reconstruye, aspira a más. Ahí está la dificultad y también la oportunidad del gobierno: cómo lograr que ese “más” no quede encerrado. Algo que me parece clave es el tema corporativo. Y no me refiero sólo a las corporaciones económicas, sino también a los sindicatos, los movimientos sociales. Cuando la corporación pone por delante su propio interés al interés general, se pierde de vista el conjunto. Se pierde de vista la densidad de las transformaciones que están operando y la necesidad de ir acomodando los intereses particulares a un interés general. Este es el punto más complicado de cualquier proyecto de transformación social que busca ampliar el piso de la igualdad. Los mineros en Bolivia ahora piden un tipo de régimen jubilatorio que es insostenible. O las demandas corporativas de ciertos sectores sindicales en la Argentina.

–Más allá de que Hugo Moyano haya transformado una demanda por cierto legítima, elevar el piso del mínimo no imponible de Ganancias, en punto de ruptura sin retorno con el kirchnerismo, ¿el kirchnerismo también se equivocó al soltarle la mano?

–Pero el piso de Ganancias no fue el motivo de la ruptura. Moyano guardaba la estructura autorreferencial de una trama corporativa que no ve más allá de sus propios intereses. Moyano fue un aliado importante. Los años de Néstor Kirchner y los primeros de Cristina tuvieron a Moyano como un personaje necesario para sostener un momento complejo, el que se abrió con la crisis por la disputa de la renta agraria. Pero Moyano, al mismo tiempo, tiene una visión de sociedad, de país, que iba a entrar en antagonismo con un salto cualitativo que se está dando en el kirchnerismo, en términos de resignificación de la política, de los actores sociales. Y que Cristina va llevando hacia otra dimensión de lo político, de los vínculos y de las alianzas, que no eran las que dominaban la escena del primer kirchnerismo. ¿Podía haberse encontrado un punto de contemporización? Puede ser... Lo extraño de este momento es que el kirchnerismo no suele retroceder frente a ciertas decisiones que incluso lo pueden conmover: desde la disputa por la renta agraria, la disputa por la ley de medios, la disputa con el sindicalismo y con Moyano, la disputa con el Poder Judicial. El modo en que el kirchnerismo ha ido construyendo lo político y el poder está en ese filo de la excepcionalidad, esa sensación de un momento histórico donde el piso bajo nuestros pies está siempre moviéndose. ¿Fue terrible la ruptura de esa alianza con Moyano?

–Quizá fue dramática para quienes recuerdan al Moyano que se plantó en los años ’90 contra la flexibilización laboral.

–Evo (Morales) tiene un conflicto equivalente con la COB, la vieja central obrera boliviana, que no es lo que era. Hoy la COB va hacia la construcción de un partido político, como intenta Moyano, un partido contrario a Evo. La COB también termina aliándose o siendo funcional con los sectores de la derecha golpista boliviana. Cuando se mira las alianzas de Moyano hoy, uno acepta que podés entrar en disputa, distanciarte de un gobierno, pero hay una idea de sociedad, de país y el reconocimiento de quiénes son tus adversarios efectivos que no te permite ese movimiento oportunista, ese desplazamiento de Moyano. Converso mucho con dirigentes sindicales y creo que no hay una política hacia el movimiento obrero del kirchnerismo. No ha surgido la posibilidad de una relación entre kirchnerismo y movimiento sindical. Hay que preguntarse si el kirchnerismo no supone una visión de los sujetos sociales que no hace del sindicalismo el núcleo central de esa trama social indispensable sobre la cual sostenerse. Es un tema no menor, complejo, difícil, que marca una diferencia del kirchnerismo respecto de la matriz tradicional del peronismo.

–¿Va a ser candidato a diputado en las próximas elecciones?

–No lo sé, nadie me habló... Por un lado me entusiasma, me desafía. Pero al mismo tiempo me produce un ruido interno grande porque tengo una vida construida, un trabajo intelectual no encerrado en lo académico. Me siento cómodo escribiendo, interviniendo en el debate público. Asumir una responsabilidad política tiene otro peso, otra determinación... No deja de producirme contradicciones. Y aparte, tengo una vida hecha ya. No voy a construir una profesionalización de la política, en términos profesionales he seguido otro camino, aunque respeto la figura del político profesional. ¿Qué hago con toda esta película? Tendré que consultar con mi mujer, con mis hijos, con mis amigos. Pero también asumo que algo me pasó, que tengo un lugar. Recorro mucho el país, estoy en distintos lugares y tengo un feeling muy fuerte con la gente, sobre todo de extracción popular. Y eso me produce una emoción enorme... Estas elecciones son fundamentales. Si Cristina me pide que sea candidato, ¿qué le voy a decir? Es casi imposible decirle no a Cristina; estoy en un brete (risas).
Suena el teléfono. Forster atiende. Un programa de radio lo quiere sacar “ya” al aire. Dice que lo llamen en una hora. Cuenta que estuvo recientemente en Bolivia con Evo Morales, entrevistándolo para el documental La letra inesperada. Diez años que conmovieron a la Argentina, que se estrenará en agosto en el canal Encuentro. “Evo tiene una conciencia poderosa de que Bolivia sola no puede. Que sin Kirchner, sin Lula, sin Chávez, no hubiera amanecido a la historia del modo en que amaneció. Me sorprendió muy gratamente ver la relación directa, profunda, intensa, entre Evo y los actores sociales que sostienen el proyecto.”

–¿Qué balance respecto del modo en que el kirchnerismo “rediseñó” el pasado?

–El kirchnerismo tuvo un papel clave en la reinvención del pasado. Vuelvo a ser benjaminiano: el pasado es una cita del presente. No es que el presente hace cualquier cosa con el pasado o que el pasado es una ficción. Se trata de que ese pasado material, que se ha fugado de una determinada forma de percibirlo, vuelve a ser percibido de otra manera. Y vuelve a darle potencia a lo que está sucediendo en el presente. Que Videla haya muerto en prisión tiene una carga simbólica tremenda. No murió en su casa tranquilo, como un viejito al que todos le tienen lástima. Murió como aquel que cumplió una sentencia por crímenes de lesa humanidad, gracias a que hubo un Estado y un momento político democrático que pudo salir de la trampa de los indultos y de las leyes de impunidad. Esto es mucho más de lo que yo hubiera soñado...
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sábado, 25 de mayo de 2013

OSVALDO BAYER

NUESTROS VERDADEROS HÉROES

Tomado del diario Página 12 del día de la fecha

Hoy, el Día de la Libertad. De nuestra dignidad, de la búsqueda de la Noble Igualdad. Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Mariano Moreno. Los tres grandes héroes de Mayo. Recordar ese día es admirar a quienes empujaron a un verdadero cambio. El espíritu de Mayo. Liberarse del yugo europeo que había llegado no a “descubrir” América sino a llevarse su oro y su plata y a esclavizar a sus pueblos originarios por medio de esas perniciosas formas de esclavitud como la encomienda, la mita y el yanaconazgo, además de tomar posesión de las tierras en nombre de Cristo y el rey con el arcabuz en la mano.

Este espíritu de Mayo está volviendo a nuestra tierra. Ya los argentinos discuten sobre los héroes postizos que nos impuso la historia oficial en vez de la Igualdad que cantamos en nuestro Himno Nacional desde la gloriosa asamblea de 1813. Se nos enseñó a admirar lo europeo y a despreciar la esencia de los pueblos originarios, con su respeto a la naturaleza, su sentido de igualdad y su vida en comunidad.

Y estas tierras están viviendo un período de verdadero revisionismo. Lo he podido comprobar en las últimas dos semanas. Muchos sectores lo están experimentando. La Etica ante todo, la defensa de la Vida ante todo y no el levantar monumentos a quienes se calificó como “los que trajeron el progreso”. Porque aquí cabe la pregunta: el progreso para quién y qué significa la palabra “progreso” si no se ajusta al respeto por la vida y hacia la verdadera igualdad democrática.

Antes hubiera sido imposible imaginar algo así. Por ejemplo, lo ocurrido en Puerto Deseado: allí, en una ceremonia plena de emoción y de sentido igualitario, se quitó el nombre a la avenida Roca. Eso significó un gesto hacia los pueblos originarios que han poblado nuestras llanuras, costas y valles durante siglos. Dejar de glorificar a un genocida, autor de la muerte de miles de hombres, mujeres y niños de los pueblos que siempre habían habitado nuestros suelos. Y más, un militar que obtuvo tierras como botín de su genocidio.

Luego de Puerto Deseado recorrimos con el representante de los pueblos originarios, Raúl Fernández, las localidades de Jaramillo, Caleta Olivia, Pico Truncado y Comodoro Rivadavia, donde encontramos un apoyo de mucho fervor y con ganas profundas de establecer siempre la existencia de la Etica en la interpretación de la Historia. No sólo de los ciudadanos sino también de las autoridades de esos lugares patagónicos. Esos hombres han demostrado un gran coraje civil. Porque están los que no quieren ningún cambio. Prefieren a los que trajeron la fortuna para algunos y la pobreza para muchos en vez de los que pusieron su rostro para hacer triunfar los verdaderos principios de Mayo. Hay intendentes y concejales que se niegan a retirar el nombre de Roca y de sus oficiales de las calles de sus ciudades porque dicen que eso traería problemas a los que tienen propiedades, ya que tendrían que actualizar sus documentos con la nueva dirección. Este no es ningún argumento honesto ni racional, ya que el escribano o el funcionario escribirá “ex Roca” a la calle que pase a llamarse Libertad y no ocasiona ningún trastorno a nadie.

Al contrario, se hace justicia histórica ante el verdadero genocidio que resultó ser la denominada “Campaña del Desierto” del presidente Avellaneda y su ministro de Guerra, general Julio Argentino Roca.

En Pico Truncado, el día de nuestra visita se incorporó dicha localidad a la llamada “Ruta de la huelga de 1921” para los estudiantes y visitantes que quieren recorrer los lugares donde se efectuó la más grande represión contra los peones rurales en el primer gobierno de Hipólito Yrigoyen.

Luego, en la misma semana, acompañamos al investigador Marcelo Valko a la presentación de su libro Desmonumentando a Roca en las localidades de Cláypole y Vedia, provincia de Buenos Aires. En Claypole, en el teatro llamado La Casa, los cientos de personas que concurrieron aplaudieron de pie cuando señalamos que ya hay 24 ciudades argentinas que le han quitado el nombre Roca a calles así denominadas. Y hubo emoción en el auditorio cuando recordamos con ira que Roca y el presidente Avellaneda restauraron la esclavitud en la Argentina, que había sido eliminada dando la libertad de vientres por la Asamblea del Año XIII.

Luego, en la ciudad de Vedia, en plena llanura bonaerense, su valiente intendente Alberto Conocchiari, secundado por la iniciativa de sus concejales Fernando Girón y Eduardo De Francesco –que contaron con el constante apoyo del semanario local La Nueva Voz–, consiguió que el Concejo Deliberante votara por unanimidad: ocho votos por el Frente para la Victoria y cuatro de la UCR para que fueran reemplazadas las calles Rauch por Arbolito, Ataliva Roca por Juan José Castelli y Uriburu por Manuel Dorrego. Rauch fue el oficial europeo contratado por Rivadavia “para exterminar a los indios ranqueles”, como figura textual en el decreto del primer presidente argentino. Y el primer comunicado del oficial europeo dice nada menos que esto: “Hoy, para ahorrar balas hemos degollado a 27 ranqueles”. Occidental y cristiano el señor coronel. Pues bien, el indio llamado “Arbolito” lo va a esperar en una hondonada y lo va a matar al orgulloso coronel. Que venía contratado por Rivadavia a eliminar a los ranqueles, etnia muy trabajadora y pacífica.

La otra calle, Ataliva Roca, se llamaba así en homenaje nada menos que al hermano de Roca, llamado Ataliva. Su único mérito había sido acompañar a su hermano Julio Argentino Roca en los negocios. Tanto es así que Sarmiento inventó el verbo “atalivar”, que era sinónimo de “cobrar la coima”. Y en cuanto a Uriburu, fue el primer dictador de la Argentina. Derrocó al presidente Yrigoyen en septiembre de 1930 y fue fusilador de obreros. Bien puesto el cambio: Dorrego fue un luchador federal que fue fusilado cobardemente por Lavalle.

Vemos que la Verdad siempre triunfa en historia. Puede pasar mucho tiempo pero finalmente la Etica impone su orden.

Y otro hecho más que dignifica a quienes lucharon por una verdadera democracia en la Argentina: en Mendoza dimos la pieza teatral Exilio. Relata la acción de los exiliados durante la última dictadura, que lucharon desde el exterior para denunciar los cobardes crímenes de ese régimen: como la desaparición, las torturas y el robo de niños de padres detenidos y luego “desaparecidos”. También en esto, por el apoyo del público y de las autoridades comunales, se notó que ya no hay miedo en presentar lo que fue nuestra trágica realidad.

Todo esto positivo ha sucedido mientras el dictador Videla moría en una cárcel común.

Ni alegría ni pena por el fallecimiento de este personaje siniestro. Sólo satisfacción por ver que ahora los argentinos fuimos capaces por primera vez en nuestra historia de lograr que falaces uniformados mueran en cárceles comunes. Una satisfacción argentina que queremos que perdure para siempre: no permitir y resistir siempre cualquier levantamiento contra la democracia e ir ahondando cada vez más el sentido de la palabra democracia en nuestra querida Patria.
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jueves, 23 de mayo de 2013

ENTREVISTAS

Los invito a recorrer la página de Entrevistas, realizadas a personas vinculadas al mundo de la cultura

Marcela Nigro
Artista Plástica
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Helios Buira: -Marcela. ¿Cómo te describís en lo personal y en lo artístico, para que los lectores de Arte y Letras puedan saber con quién estoy hablando?

Marcela Nigro: - Soy una amante del arte en todas sus expresiones (cine, música, danza, teatro, literatura). La plástica es una manera de expresar mis ideas y mi sensibilidad de una manera global.

HB: -Tu inicio en el mundo del arte, aunque algo sé, pero me agradaría que nos cuentes cómo es que llegás o si se trata de una decisión a sabiendas de que esta iba a ser tu senda.

MN: - Según mis padres, desde muy chica tuve inclinación por el dibujo. Antes de hablar ya dibujaba. Observaba con atención a los artistas que frecuentaban mi casa (entre ellos estabas vos) y trataba de imitarlos. Más adelante, cuando entré en la escuela primaria, me inscribieron en un taller de arte para que ese talento que supieron apreciar se desarrollara plenamente.

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miércoles, 22 de mayo de 2013

ENRIQUE MEDINA

Borges, en estos días

Tomado del diario Página 12 del día de la fecha.

Borges paga y el taxista le pregunta si necesita ayuda para descender. Responde que no, el escritor; tantea la manija y consigue abrir. Picotea con el bastón y se da cuenta de que el cordón de la vereda no está cerca. Maldice, entre dientes. Como el asiento es flojo y más bien bache que inflado cojín, debe hacer fuerza para erguirse y salir del pozo en el que está como chupado por una acaroinada sopapa de baño público. Exigiéndose, toma envión y, pum, se golpea en el marco de la puerta. No mucho, pero lo suficiente para volver a maldecir (ni insultar, ni putear, aunque está cerca). Alcanza la vereda. Se toca la cabeza para verificar algún resultado, sangre o chichón. Nada, todo bien, por suerte, salvo el dolor. El taxista se extiende por el respaldo de su asiento y cierra la puerta puteando a estos viejos de mierda. Borges, entre brumas, da los pasos ineludibles y choca con una fila de personas que discuten de fútbol. Consigue que una señora lo escuche y le confirme que sí, que un poco más allá está la Gerencia Operativa de Asuntos Previsionales del Gobierno de Buenos Aires. Agradece y se lanza a la aventura de acertar la puerta apropiada. Tras soportar varios choques y empujones de transeúntes que jamás agarraron un libro, logra ingresar al recinto deseado. Tenues colores y bultos sin forma se entrecruzan con voces equidistantes. “¿Qué busca?”, le pregunta alguien con tono de mando. Sorprendido, Borges balbucea una respuesta pobre. ¡Saque número!, le ordena el poste de alambrado. El pregunta “¿dónde?” “¡Allí, ¿no ve los papelitos con números?!”. Por la orientación que el mal aliento le indica, el poeta alcanza el objetivo. Pero parece que hay varias opciones. Por suerte una mujer (siempre la mujer, tan precisa y tan necesaria) le explica que los papelitos verdes son para determinados trámites y los azules para otros. Borges prefiere el azul, pero la mujer le dice que para lo suyo le corresponde el verde. Un señor se levanta y le cede el asiento. El agradece, se acomoda y apoya las manos en el vertical bastón; muestra el papelito y pregunta qué número le tocó. Se lo dicen y lo repite para memorizarlo. No los ve, pero conjetura la pasividad de quienes lo rodean. Sólo falta un patíbulo y que todos aplaudamos, piensa. Transcurrido el tiempo acostumbrado en estas circunstancias, cantan su número. Lo ayudan. Gracias al sustento del bastón evita irse de bruces al resbalar una grada. Llega a la mesa conveniente y le piden que se siente. El dice que viene a hacer la supervivencia y entrega el DNI. La persona que lo atiende le pregunta: “¿Qué es lo suyo?”. Borges no sabe si decir jubilación o beneficio, duda; entonces, antes de que pueda responder, el otro le inquiere:

–¿A qué se dedica?

–Escribo, gané un premio; cobro una mensualidad.

–¿Trajo el comprobante de supervivencia?

–¿Cómo? En las otras oficinas no me pedían nada, sólo el DNI.

–Eso era antes. Ahora hay que ir a la policía, pedir el comprobante de que usted está vivo y traerlo acá.

–Pero le acabo de entregar mi DNI. Y usted me está viendo.

–Falta el comprobante. Si no me lo trae no le puedo hacer la supervivencia. Y se va a joder porque no le depositarán la guita.

–No entiendo. Si yo no estuviera vivo no podría estar hablando con usted.

–Mire, no me haga perder tiempo, hay mucha gente para atender. Si no me trae el comprobante de supervivencia de la policía, usted para mí está muerto.

Borges duda. Abre la boca para ganar tiempo y pretextar algo, pero el empleado le repite: para mí, usted, está muerto. Algo confuso, más bien asustado porque ya se ve apretado en el ataúd, Borges trata de ordenar su repentino desorden interior; pero como no parece conseguirlo, resuelve enfrentar la situación con orgullo y le pide al robot si le puede hacer el favor de anotarle en un papel unas líneas para no olvidarlas. El otro, fastidiado, bufando, le dice que bueno, dígame. Y Borges le dicta:

–Hay un perfume a libro con madera. Todos, por gusto o complacencia, o a la fuerza, nos rendimos al punto de dejarnos quebrar la voluntad. Y un día cualquiera nos convertimos en esclavos de quien, supuestamente, nos jura amar.

Mirándolo con la cara, Borges indica con un efímero gesto que eso es todo, y extiende la mano para obtener el papel. El empleado se lo da preguntándole:

–¿Para qué es?

–Para escribir un cuento... Sólo un cuento de ciencia ficción sobre la supervivencia. Gracias.
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martes, 21 de mayo de 2013

ANTONIO DAL MASETTO

Agua

Tomado del diario Página 12 del día de la fecha

Basta ir a la cocina y en un día soleado abrir la canilla y llenar un vaso con agua y después mirar esa misma agua en la luz de la ventana para que la imaginación se dispare y emprenda una carrera demencial y nada sea igual que un minuto antes, porque ahora se está pensando que el agua del vaso viene de ese mismo río al que se puede descubrir cada mañana más allá de los mástiles de los barcos amarrados en las dársenas, desde aquella masa uniforme y monótona que casi no sufre cambios con las variaciones del cielo y las estaciones, y se medita acerca del largo y complejo proceso de depuración y de qué manera el agua, a través de innumerables e insospechadas cañerías, en el vientre de la ciudad, llega finalmente hasta ahí, a ese departamento, a la cocina de ese departamento, a la canilla que se acaba de abrir para saciar la sed, agua venida desde aquel río profundo y oscuro, agua cristalina ahora, límpida, transparente, agua pura a menos que una mente afiebrada, una memoria afiebrada, aun en la calma de un mediodía como éste, quiera cargarla de imágenes de horror, enturbiándola, ensuciándola, volviéndola súbitamente intolerable, imágenes, aspas que no son de molinos girando en la noche negra, hélices arrastrando pájaros de muerte en el aire del río, bultos arrojados al vacío, cosas vivas cayendo cayendo y después hundiéndose en el agua revuelta, hacia el fondo, hacia la oscuridad absoluta, hasta mezclarse abajo con el barro milenario, con desechos milenarios, lejos para siempre de la luz y las respuestas y la posibilidad de cordura, allá en el agua del río, esa misma que ahora uno se dispone a beber para saciar la sed en la cocina de un departamento invadido por la tibieza de un día soleado y la música de la radio, agua clara, purificada, desinfectada, con su justa proporción de cloro, que llega con la misma facilidad y eficiencia a otras canillas, en edificios céntricos, en los suburbios, en casas, oficinas, conventillos, mansiones, hoteles, cárceles, hospitales, cementerios, canillas de plástico, canillas de oro, la misma que llena la pila bautismal de las iglesias, las piscinas para el deporte o el placer, la que lava la piel de los recién nacidos igual que la arrugada piel de los ancianos, la que acaricia a la adolescente detenida ante el espejo del baño orgullosa de su cuerpo en flor, la misma agua que acude a los miles de picos de las máquinas de café en todos los bares de la ciudad, la que alimenta macetas en ventanas y balcones y también algún nostálgico huerto de un inmigrante europeo en un barrio cualquiera, la misma que sirve para la cocción de los alimentos y para borrar la sangre de los asesinatos, tinieblas, zumbidos en la noche, bultos arrojados, cosas vivas cayendo, silencio, agua venida desde los misterios de las profundidades trayendo noticias de muerte, agua de múltiples usos, agua que sirve para lavar otros muertos en ciertas ceremonias fúnebres, agua limpia, agua incolora, insípida, inodora, uno de oxígeno y dos de hidrógeno, agua transparente, óptima e insustituible para la higiene, agua que alberga espantos, bultos, cosas vivas, cayendo cayendo, hundiéndose en el líquido oscuro, bajando bajando, perdidas, confundidas en el barro milenario, lejos para siempre de la luz y las respuestas y la cordura, agua que brota en chorros triunfales en las fuentes de las plazas y es aprovechada a veces para conciertos acuáticos al anochecer, agua donde se bañan los gorriones, agua transparente, agua para las manos del cirujano, de la partera, del mecánico, de la maestra, del jugador de fútbol, del político, del policía, del comerciante, del artista, agua para lavar todas las manos, agua que ha perdido la inocencia, aspas que no son de molinos girando en la noche negra, hélices de anchas palas impulsando pájaros de muerte, bultos arrojados, cosas vivas cayendo y cayendo y hundiéndose, lejos para siempre de la luz y las respuestas y la posibilidad de cordura, agua que trae nombres, agua mansa útil indispensable a la civilización, agua llegada hasta este vaso a través de complicados procesos de purificación y que ninguna purificación podrá jamás purificar del todo.
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lunes, 20 de mayo de 2013

OMAR MARSILI

La paz de los cementerios
En apenas tres meses la paz de los cementerios se ve perturbada por la presencia de dos siniestros personajes, José Alfredo Martínez de Hoz y Jorge Rafael Videla.

Videla terminó justicieramente preso, en una cárcel común, como lo que fue, un asesino autoconfeso, un inescrupuloso mesiánico, un Hitler sudaca que merece el desprecio que la historia le tiene guardada. El otro genocida, José Alfredo Martínez de Hoz, también tuvo su juicio. Las acciones de Walter Beveraggi Allende y mas aún “La Causa Olmos sobre defraudación contra el Estado Nacional” con el fallo del juez Ballesteros que declara culpable a quien no tuvo cárcel y ni siquiera sanción social.
Durante su gestión y las de sus discípulos como ministro, la industria nacional desapareció, más de 20 mil fábricas quebraron, al igual que campos. También se eliminaron doscientos bancos y se dio apoyatura a la banca internacional dentro de los límites del país y en el manejo del mundo. Durante su actuación se promovió la apertura indiscriminada a productos de todo el mundo y sin tabúes de ningún tipo, resolvió todos sus temas particulares. Como ejemplo sirve la eliminación del impuesto a la herencia, beneficio que utilizó para transferir los bienes de su padre, herencia que venía siendo desde varios años postergada. Entre otros delitos menores cometió el de nacionalizar la empresa eléctrica con una producción muy baja y totalmente obsoleta –la Italo Argentina–, empresa de la que es asesor. Vendedor y comprador en los dos costados del mostrador, vendedor y comprador en la misma silla y en la misma corbata.
Esa dupla perversa, además de contar con treinta mil desaparecidos, –repito– destruyó la industria nacional e implantó un régimen de endeudamiento público. Cuando ellos se apoderan del Estado se debían seis mil millones de dólares y al final del régimen genocida de Videla y sus continuadores, en apenas siete años, multiplicaron por siete la deuda externa llevándola a la suma de cuarenta y dos mil millones de dólares.
Lo más curioso es que, si bien la dictadura entregó el gobierno a la democracia, las políticas de Martínez de Hoz y sus discípulos se mantuvieron hasta 2003. Salvo Bernardo Grinspun, ninguno de los ministros de Economía buscó salir de esa trampa. Ese intento fracasó boicoteado principalmente por varios colaboradores de Raúl Alfonsín, entre otros el presidente del Banco Central, el doctor García Vázquez. Alfonsín, lamentablemente, quedó abrazado con los economistas liberales. El mismo Salvador Treber debió abandonar el gobierno por sus posturas nacionales y desarrollistas. Los radicales se quedaron con José Luis Machinea, Federico Sturzenegger, Ricardo López Murphy. O sea, los “Chicago boys”, como se autodenominaban.
Es famosa la crítica del pasquín nacional difundiendo la foto en la que Grinspun en una partida de truco les muestra el as de espada a las cámaras. Alfonsín compra la foto y esa imagen es justa causa para terminar con su gestión y volver al recetario del nefasto representante de la Sociedad Rural y la oligarquía nacional, José Alfredo Martínez de Hoz.
Grinspun quería formar un Club Internacional de deudores. El Citigroup prefería el Club de Acreedores. Alfonsín elige perder la pulseada y le brinda el triunfo a la banca internacional. De ahí en más Argentina vive de crisis en crisis y prueba todos sus sinsabores: “efecto arroz”, “efecto tequila”, “efecto zamba”, que bien podrían reducirse a un nombre global pero de consecuencias nacionales: “efecto Martínez de Hoz”.
La hegemonía de este siniestro personaje fue tan extensa que su mejor defensa era decir que los demás “economistas” utilizaban las mismas herramientas que él. De premio a su trayectoria el dúo Carlos Reutemann-Jorge Obeid le dieron la oportunidad a fines del siglo XX de ser director del Nuevo Banco de Santa Fe. Si, fue director del banco privatizado en los últimos años de su vida, junto a otro nombre oscuro: Adalbert Krieger Vasena.
En 2003 llega el famoso viento de cola y cambia la historia. Aumenta el trabajo, se reducen las importaciones, la balanza comercial es favorable. El viento de cola no es otra causa que el abandono de las propuestas económicas de Martínez y sus secuaces que proponen devaluaciones, insisten con los problemas de la inflación, exigen la liberación de acceso al dólar y sobretodo, endeudamientos. Todos los economistas están vinculados a los círculos financieros internacionales y con total descaro lo escriben en sus páginas de internet.
El viento de cola es decirle no “al Alca”, frenar a las importaciones, poner retenciones al campo en un momento donde el campo tiene súper utilidades.
Así como la sanción social golpeó a Videla es necesario que se conozca la trayectoria de Martínez de Hoz y sus consecuencias para que sus discípulos no tengan nuevas oportunidades para volver a ese juego perverso de crisis más crisis como un encadenamiento lógico.
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FRIEDRICH NIETZSCHE

De las alegrías y de las pasiones 
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Hermano mío, si tienes una virtud, y esa virtud es la tuya, entonces no la tienes en común con nadie. Ciertamente, tú quieres llamarla por su nombre y acariciarla; quieres tirarle de la oreja y divertirte con ella.
¡Y he aquí que tienes su nombre en común con el pueblo y que, con tu virtud, te has convertido en pueblo y en rebaño! Harías mejor en decir: «inexpresable y sin nombre es aquello que constituye el tormento y la dulzura de mi alma, y que es incluso el hambre de mis entrañas».
Sea tu virtud demasiado alta para la familiaridad de los nombres: y si tienes que hablar de ella, no te avergüences de balbucear al hacerlo.
Habla y balbucea así: «Éste es mi bien, esto es lo que yo amo, así me agrada del todo, únicamente así quiero yo el bien. No lo quiero como ley de un Dios, no lo quiero como precepto y forzosidad de los hombres: no sea para mí una guía hacia super-tierras y hacia paraísos.
Una virtud terrena es la que yo amo: en ella hay poca inteligencia, y lo que menos hay es la razón de todos.
Pero ese pájaro ha construido en mí su nido: por ello lo amo y lo aprieto contra mi pecho, - ahora incuba en mí sus áureos huevos.» Así debes balbucir y alabar tu virtud.
En otro tiempo tenías pasiones y las llamabas malvadas. Pero ahora no tienes más que tus virtudes: han surgido de tus pasiones.
Pusiste tu meta suprema en el corazón de aquellas pasiones: entonces se convirtieron en tus virtudes y alegrías.
Y aunque fueses de la estirpe de los coléricos o de la de los lujuriosos, o de los fanáticos de su fe o de los vengativos: Al final todas tus pasiones se convirtieron en virtudes y todos tus demonios en ángeles.
En otro tiempo tenías perros salvajes en tu mazmorra: pero al final se transformaron en pájaros y en amables cantoras.
De tus venenos has extraído tu bálsamo, has ordeñado a tu vaca Tribulación, - ahora bebes la dulce leche de sus ubres. Y ninguna cosa malvada surgirá ya de ti en el futuro, a no ser el mal que surja de la lucha de tus virtudes.
Hermano mío, si eres afortunado tienes una sola virtud, y nada más que una: así atraviesas con mayor ligereza el puente.
Es una distinción tener muchas virtudes, pero es una pesada suerte; y más de uno se fue al desierto y se mató porque estaba cansado de ser batalla y campo de batalla de virtudes.
Hermano mío, ¿son males la guerra y la batalla? Pero ese mal es necesario, necesarios son la envidia y la desconfianza y la calumnia entre tus virtudes.
Mira cómo cada una de tus virtudes codicia lo más alto de todo: quiere tu espíritu íntegro, para que éste sea su heraldo, quiere toda tu fuerza en la cólera, en el odio y en el amor.
Celosa está cada virtud de la otra, y cosa horrible son los celos. También las virtudes pueden perecer de celos.
Aquel a quien la llama de los celos lo circunda acaba volviendo contra sí mismo el aguijón envenenado, igual que el escorpión.
Ay, hermano mío, ano has visto nunca todavía a una virtud calumniarse y acuchillarse a sí misma? El hombre es algo que tiene que ser superado: y por ello tienes que amar tus virtudes, - pues perecerás a causa de ellas.
Así habló Zaratustra.
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domingo, 19 de mayo de 2013

HORACIO VERBITSKY

HASTA SUS MANDANTES ABANDONARON A VIDELA
Soledad

“Símbolo de la dictadura militar” lo llamó La Nación. Para Clarín fue “ideólogo del terror de la peor dictadura”. Estos titulares reflejan el abandono de los asesinos por sus mandantes. Sin embargo, al morir el viernes, sólo tenía una condena, lo cual muestra las deudas de la Justicia. Tanto los autores de los crímenes de lesa humanidad como los familiares de sus víctimas están muriendo de viejos sin que haya pronunciamientos judiciales en firme. Atronador silencio de la jerarquía eclesiástica.

Tomado del diario Página 12 del día de la fecha

En los últimos años de su vida, cuando se desengañó de la dictadura, Jorge Luis Borges no les ahorró pullas a sus ejecutores militares, que mueren en sus camas sin haber oído silbar una bala. Un general le informó furioso sobre los riesgos que había corrido. Me retracto, una vez un general argentino oyó silbar una bala, corrigió Borges. Esa idea de militares de escritorio, opuesta a la mitología del coraje que Borges glorificó en su poesía, le cuadra al ex dictador Jorge Rafael Videla, muerto mientras dormía en la mañana del viernes, a los 87 años.

Jefe del Ejército desde mediados de 1975 y presidente de facto escogido por la Junta Militar en 1976, Videla fue el jefe máximo de lo que el martes volvió a llamar “lucha antisubversiva”, al negarse a declarar en la causa por el plan Cóndor, por desconocer la competencia de la justicia civil para ocuparse de esos crímenes. La primera condena a reclusión perpetua que recibió, pronunciada el 10 de diciembre de 1985 por la Cámara Federal de la Capital, fue justamente como autor de escritorio, desde el vértice de un aparato organizado de poder.

Los titulares de los medios que lo apoyaron son el mejor testimonio de la soledad a la que fue abandonado por sus mandantes. “Murió Jorge Rafael Videla, símbolo de la dictadura militar”, anunció el portal de La Nación. “Murió Videla, ideólogo del terror de la peor dictadura de la Argentina”, fue la portada de Clarín. En los avisos fúnebres publicados por el diario de registro no hay una sola firma significativa de sector alguno de la sociedad. Sólo amigos personales y, pocos, camaradas.

Videla era el único sobreviviente de la primera Junta Militar, que integró con el marino Emilio Massera y el aviador Ramón Agosti. De la segunda Junta sólo queda con vida Omar Graffigna, el aviador que fue absuelto en 1985 y detenido este año por el juez federal Daniel Rafecas, quien secuestró de su domicilio actas secretas de la Junta Militar y material de Inteligencia. Hace dos meses y a la misma edad que Videla murió su ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, condenado por el secuestro extorsivo de dos empresarios. “Llegamos a decirle de Bergoglio”, contó su hijo a La Nación. La diferencia es que Videla pasó sus últimos días en una habitación de la cárcel de Marcos Paz, mientras Martínez de Hoz gozó del arresto domiciliario frente a la arbolada Plaza San Martín.

Ni el papa Francisco ni la Conferencia Episcopal argentina hicieron conocer la posición de la jerarquía católica sobre la muerte del jefe de la Cruzada, al que le permitieron comulgar hasta el final de sus días. Sólo se conoció el repudio de miembros del Movimiento Carlos Mugica de Sacerdotes en Opción por los Pobres.

Bien informado

El 28 de setiembre de 1977 la revista La Semana, que editaba la editorial Perfil, ilustró la portada de su Nº 48 con una fotografía de Farrah Fawcett, la actriz del flequillo al revés, cuyas aventuras como uno de los “Angeles de Charlie” comenzaron a emitirse la misma semana del golpe militar argentino y se convirtieron en uno de los hits de aquella televisión basura. Una doble página interior informaba que el día de la primavera “Videla almuerza con 14 jóvenes sobresalientes”. Según el título de la revista, ese día “Videla le dio la mano al futuro”. Dos de los catorce eran periodistas: Eduardo Van der Kooy y Roberto Solanas, de La Nación. A todos, La Semana les hizo dos preguntas: “¿Por qué cree que fue invitado?” y “¿Cuál fue el resultado?”. Tanto Solanas como Van der

Kooy respondieron que fueron elegidos para reunirse con Videla por trabajar en los principales diarios, uno en la sección agropecuaria de La Nación y el otro en Política Nacional de Clarín. Solanas dijo que “todos hablamos con todos”. Van der Kooy fue más entusiasta. Según el actual columnista de “Código político”, el resultado de la reunión con Videla fue “totalmente positivo. El presidente no sólo escuchó sino que él mismo abordó los aspectos que más preocupan a la juventud”. Terminó con otra lisonja: Videla “está muy bien informado”.

No puede decirse lo mismo de los lectores de Clarín. La madrugada en que tomó el poder, Videla creó un mecanismo de control bautizado con el simpático eufemismo “Sistema gratuito de lectura previa” y entregó a los editores una hoja de ruta con los temas y las personas prohibidas. Pero al mes quedó claro que los censores eran superfluos, porque los grandes diarios adherían en forma voluntaria a la práctica y al discurso dictatorial. Mientras Van der Kooy hacía méritos por sobresalir, Rodolfo J. Walsh denunciaba en su Carta Abierta a la Junta Militar, del 25 de marzo de 1977, la “sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga” y ni siquiera se privó de la ironía para caracterizar el doble mensaje de la dictadura: “Extremistas que panfletean el campo, pintan las acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya su carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras”. Los diarios repetían en sus páginas informativas esos comunicados oficiales sin detalles, análisis ni reflexión, mientras en sus editoriales encomiaban al gobierno que los emitía. Dos meses después del envío de esta carta y de la desaparición de Walsh, Clarín y La Nación anunciaron en sus tapas que habían adquirido las acciones de Papel Prensa “previa consulta y posterior conformidad de la Junta de Comandantes en Jefe”. En una resolución de julio de 2010, el juez federal Daniel Rafecas sostuvo que “las maniobras destinadas a obtener la transmisión compulsiva de las acciones de la firma Papel Prensa en manos de la familia Graiver o sus testaferros, habrían tenido como contexto la amenaza sobre futuras privaciones ilegales de la libertad como represalia, que luego se concretaron y que durante su consumación continuada, permitieron perfeccionar la operatoria sin obstáculos, al tiempo que los detenidos fueron sometidos a interrogatorios referidos a su vinculación, participación o conocimiento de la actividad de la empresa y de los Graiver”. Por eso, consideró imposible escindir “la transferencia presuntamente compulsiva de acciones” de Papel Prensa de “los hechos de privación ilegal de la libertad” a una serie de sus directivos.

La Seguridad Nacional

Al año siguiente, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) envió una misión investigativa a la Argentina, integrada por los directores propietarios de La Opinión de Los Angeles y Mercury de Kansas, Ignacio Lozano y Edward Seaton. Ellos constataron con sorpresa que La Nación, Clarín y sus editores priorizaban la seguridad nacional sobre la libertad de expresión; justificaban la censura alegando que compartían los objetivos de la dictadura militar; se negaban a informar sobre la desaparición de personas, incluyendo periodistas, y se beneficiaban de tal comportamiento al asociarse con el Estado para la producción de papel, mediante un “generoso crédito ofrecido por el gobierno militar. Semejante situación encierra muchos peligros. No es el menor de ellos que esto casi imponga no antagonizar con el gobierno”, escribieron. Los diarios aludidos ocultaron los alcances de esta investigación y convirtieron el párrafo sobre Papel Prensa en un elogio al apoyo económico de la dictadura. El informe fue presentado a la 34a Asamblea de la SIP, que sesionó en Miami entre el 9 y el 13 de octubre de 1978. Ese último día La Nación tituló su crónica “Firme posición de la Argentina ante la asamblea de la SIP”, en la que informó que la asociación de dueños de diarios argentinos, ADEPA, había rechazado el premio SIP Mergenthaler, ofrecido en forma colectiva “a los periodistas argentinos que por defender la libertad de prensa han muerto, desaparecido o sufrido encarcelamiento y persecución”. La delegación argentina propuso que se cambiara aquel texto por éste: “A los periodistas argentinos en la figura de Alberto Gainza Paz, quien nunca claudicó en la lucha por los principios que sostiene la SIP”. Gainza Paz fue el propietario del diario La Prensa, expropiado por Juan D. Perón en 1951 y restituido por la dictadura militar que lo derrocó en 1955. La SIP no aceptó y nadie retiró la plaqueta, que quedó colocada en la sede central de la organización en Miami, de donde también desapareció en 2000, cuando la entidad se mudó. Según Clarín los asistentes argentinos dijeron que la aceptación del premio “sólo contribuiría a la campaña lanzada por ciertos elementos de la prensa internacional para denigrar el buen nombre del país”. La Nación también informó que “la representación de la prensa argentina” había rechazado el informe porque “parecería que en vez de ir a la Argentina a cerciorarse de si existe libertad de prensa se ocupó esencialmente del caso de Jacobo Timerman, quien se encuentra a disposición de la Justicia (sic) por hallarse supuestamente mezclado en el ‘affaire Graiver’”.

Sin excepciones

El repudio a Videla no tuvo excepciones en todo el arco político, incluyendo a baluartes de la derecha aborigen, como el jefe de gobierno porteño Maurizio Macrì y el gobernador de Córdoba José De la Sota. Esto hace más llamativo el silencio eclesiástico. En ocasión del Tedeum del Bicentenario, el 25 de mayo de 2010, el obispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, entregó al Poder Ejecutivo una solicitud de amnistía firmada por Videla y otros condenados por crímenes de lesa humanidad. Como no estaba acompañada por ninguna nota de estilo, la presidente CFK ordenó devolverla sin respuesta. El año pasado, en varias entrevistas periodísticas, Videla habló del apoyo y la cooperación de la Nunciatura Apostólica y del Episcopado argentino con la represión y dijo que había llegado a ser amigo del presidente de la Iglesia Católica de entonces, cardenal Raúl Primatesta. Durante la entrevista, uno de los periodistas, Adolfo Ruiz, vio llegar a “un hombre canoso que venía, cáliz y alba en mano, a darle la Eucaristía”. A raíz de ello un grupo de laicos católicos que se denominaron Cristianos para el Tercer Milenio, solicitaron a la Conferencia Episcopal que hiciera “cesar el escándalo” que implica el “libre y periódico acceso a la eucaristía” del ex dictador Jorge Videla, a pesar de haber reconocido “sus acciones criminales, el no arrepentimiento de las mismas, sus manifestaciones relacionadas con que el ‘sinuoso camino que le tocó recorrer’ era parte del plan de Dios para la salvación de su alma y la inexistencia de voluntad reparadora alguna”. Forman parte del grupo, que tiene varios centenares de miembros, el ex embajador en la OEA y el Uruguay, Hernán Patiño Mayer, el diputado Felipe Solá, la defensora del pueblo porteño Alicia Pierini y la socióloga Ana Cafiero. El texto exigía que los obispos “repudien las afirmaciones del dictador” y reparen y pongan fin “al daño causado por las inconductas de sus antecesores”. El 9 de noviembre el Episcopado les respondió sin nombrarlos en una “Carta al Pueblo de Dios”, en la que negó que “nuestros hermanos mayores que nos precedieron” hayan tenido “alguna complicidad con hechos delictivos”. En una nueva configuración de la doctrina de los dos demonios repudió “el terrorismo de Estado” y “la violencia guerrillera”. Los Cristianos para el Tercer Milenio se reunieron luego con Radrizzani, porque Videla asistía a misa en el penal de Marcos Paz, que está en su jurisdicción. Durante la reunión, Radrizzani se mostró vacilante y dubitativo: “Entiendo lo del escándalo presente... Podría decirle al capellán que no dé más misa y que se limite a rezar con los presos... pero tengo que consultarlo con él, no estoy seguro de tener facultades para hacerlo”. Sus visitantes dijeron que no les parecía aceptable “que un arzobispo tenga que consultar con un capellán penitenciario” y le recordaron que el obispo Jaime de Nevares, de quien Radrizzani fue auxiliar en Neuquén, había prohibido dar la comunión a un represor de la dictadura. Radrizzani los sorprendió:

–Yo sé que ellos están arrepentidos, pero no quieren decirlo para no darle la razón al gobierno.

–Monseñor, son pecadores públicos responsables de crímenes gravísimos, si se arrepienten deben decirlo en lugar de reivindicar sus crímenes públicamente.

–Tienen razón pero, ¿no habrán sido tergiversadas las declaraciones de Videla?

–Podría ser, pero él nunca las ha desmentido, y además fue grabado y pasado por la TV –le respondieron.

Radrizzani también les contó que la decisión de mencionar a Videla en el documento había provocado una dura discusión entre los obispos. Sus interlocutores objetaron la inexplicable benevolencia de la mención como “el ex presidente de facto” cuando “es un tirano, un criminal, un genocida” y que “a consecuencia de estas posiciones ambiguas de la jerarquía, comienza a hablarse del golpe cívico, militar y eclesiástico”. Los Cristianos para el Tercer Milenio tenían planeado viajar a Roma para insistir ante la Santa Sede, propósito que quedó pendiente cuando Benedicto XVI renunció al cargo y en su reemplazo la burocracia romana designó a Bergoglio.

Juzgado y condenado

Otra coincidencia generalizada entre quienes se pronunciaron fue que Videla había muerto en la vejez, juzgado y condenado en democracia, posibilidad que no tuvieron sus jóvenes víctimas. Esto es cierto y distingue al extraordinario proceso de Justicia que singulariza a la Argentina en el mundo, a partir de la reapertura de las causas en 2001. Sin embargo, a sus 87 años, la única condena firme contra Videla es la que pronunció la Cámara Federal de la Capital en 1985, lo cual también marca los desafíos pendientes. El presidente Carlos Menem lo indultó en 1990, pero dos décadas después la Corte Suprema de Justicia declaró nula esa decisión. En mayo de 2010, Videla fue condenado a reclusión perpetua por los delitos de homicidio y tormentos contra personas detenidas en la Unidad Penitenciaria 1 de Córdoba, y a cincuenta años de prisión por la sustracción, retención y ocultamiento de menores. Pero ninguna de estas condenas estaba firme. La de la UP1 de Córdoba había sido ratificada en junio de 2012 por la Cámara de Casación pero estaba pendiente de resolución en la Corte Suprema de Justicia. Por el plan sistemático de sustracción de hijos de detenidos-desaparecidos lo condenó un Tribunal de Juicio, pero ese fallo no fue tratado por las instancias superiores. Además estaba procesado en otras nueve causas, por delitos cometidos en distintos campos de concentración del Cuerpo de Ejército I, y en la Capital Federal, Santiago del Estero, Bahía Blanca, Campo de Mayo, Santa Fe, La Rioja, Chubut y Córdoba. La más adelantada era la del Plan Cóndor, en la cual el martes último se negó a declarar. Del resto, estaba procesado en tres pero la causa aún no había sido elevada a juicio. En otras tres luego de la elevación a juicio faltaba la apertura del debate oral. Hasta el viernes, esta no ha sido la excepción, sino la regla. Del total de causas abiertas más de la mitad no han pasado de la etapa de instrucción y sólo una cuarta parte ha llegado a una sentencia. Pero el 59 por ciento de esas sentencias son de primera instancia, 24 por ciento han sido confirmadas en segunda instancia, 2 por ciento quedaron firmes porque no fueron apeladas ante la Corte Suprema y sólo el 15 por ciento recibieron confirmación del máximo tribunal, tan absorbido por la defensa de la libertad.

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