Una charla con Heráclito
El aire mece el sonido, cuna, cura.
La noche es un lecho de sueños revueltos que giran Por cada velo caído, asoman infinitas ventanas, aparecen y se desvanecen los deseos. A nadar la noche, los pájaros con ruidos brillantes invitan a tirarse en ese oscuro tiempo del río que nos moja tantas veces el mismo. La piel mueve los sueños-
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