sábado, 31 de diciembre de 2011

CALENDARIO

Termina hoy otro año transcurrido.
A partir de la cero hora, ingresaremos en lo que será el "nuevo año".
Sé, por experiecia vivida, que a partir de esa hora el cielo se convertirá en el receptáculo de miles y miles de artefactos pirotécnicos que al estallar le darán una apariencia de amanecer dada la luminosidad provocada por tanta cantidad de explosiones multicolores. Para muchos, alegría. Para otros, ese segudo festivo se transformará en dolor, y tal vez, pueda durar por el resto de esa vida. 
El exceso, la necesidad imperiosa de algo que desconozco, pero que lleva a millones de personas a manifestar el inicio del año de ese modo. Y los que utilizarán sus armas de fuego, con tiros "al aire" y más de una vez han encontrado esas balas un cuerpo donde alojarse, para que el poeta Máximo Simpson -siempre un poeta- tenga que decirnos con el título de:

La bala perdida

Vibra en la contingencia, 
y es casual, improbable, 
aleatoria, fortuita. 

Nadie sabe su origen, 
la fuente o arrebato que la impulsa; 
acaecer absoluto, 
triunfo y esplendor de lo instantáneo,
una bala perdida atraviesa los jardines, 
destroza las ventanas, desbarata la siesta, 
los gestos, las conversaciones. 

Aunque es favorita del azar, 
y ambiguo su destino, 
ha elegido su meta, 
y sin ira, sin odio, sin amor, sin tristeza, 
llega certeramente al corazón.

Y lo tremendo, lo incomprensible, es que nada, pero nada, dejará de ser como era, para ser de nuevo, de otra manera en la vida de las personas. La vida continúa. Los ciclos naturales también, sin necesidad de fechas, Las fecha nos pertenecen a nosotros, que necesitamos llevar un registro del tiempo que transcurre, como para tener la certeza de que estamos inmersos en él. Y a partir de ello, programar nuestras horas, nuestros encuentros, el recuerdo permanente de nuestro natalicio y cuántas otras cosas anotamos en la agenda interna de nuestra existencia.
Claro, este es el último día del año de acuerdo entonces, al almanaque. 
2011 años de cristianismo. Todo lo otro, no ha ocurrido. Ni los griegos, ni los egipcios, mayas, aztecas o quienes fueran antes de aquel inicio del calendario gregoriano. 
Mucho antes los incas tenían la maravilla de su calendario creo que aún más ajustado que el nuestro y pleno de predicciones o deseos, como seguramente todas las civilizaciones tuvieron un sistema de memoria y de fechas a por venir vinculadas a los ciclos naturales. Así se vivía.
Después, los mercaderes, con el invento de sus mercados, tuvieron que arruinarlo todo.
Y aquí estamos, la mitad de la población mundial padeciendo hambre y la otra mitad, ahora, tratando de sobrevivir de las inclemencias que a diario crean los grandes grupos económicos con su maldito poder.
Pero siento que estamos en los albores de una transformación descomunal en la cual se van a terminar estos perversos abusos y el hombre por fin, decidirá por sí, en qué mundo quiere vivir o en qué manera de mundo quiere vivir. Escuché decir, cuando estudiaba en la Escuela de Bellas Artes, que Latinoamérica era el reservorio del cambio que necesitaba la humanidad, cuando se acabara el capitalismo en Occidente. Caramba, que cerca estamos. 

viernes, 30 de diciembre de 2011

ROLANDO GABRIELLI

Amigo, poeta, escritor y periodista chileno radicado en Panamá, colaborador desde hace ya algunos años en Arte y Letras, me acaba de enviar el siguiente poema que comparto. La imagen ilustrativa, le pertenece.
Quien desee leer más de su obra, puede hacerlo desde su Blog al que para ingresar hay una advertencia de lectura. Escribí a la gente de Google diciéndoles que es de terror advertir sobre un blog de Arte y Cultura, pero jamás recibí respuesta. La advertencia, sigue ahí.



2012

Que se aproxima,
que viene,
que es aire,
sol destellante,
siglo de espanto.
Nadie muere dos veces
a una misma hora.
Que es agua,
pez, cuerpo invisible,
un horizonte desconocido
nos nombra
Las palabras no tienen
solo un sentido
¿Abrirá el año la voz
de un mayordomo nuevo?
Soldado,
morirás, morirás,
no como un desconocido
Casi adivinamos
con pobres instrumentos
la bruma detrás de un faro
Que trae una estrella
más brillante que su luz
¿Un cuerpo luminoso
para la noche de la gran explosión?
Nada màs,
el verbo y la carne,
Ángel de mis dudas.
Una vuelta de la página en blanco
en la rueda de la historia,
calendario original de tus  días
y horas
Me repito como un loro
en una casa sin amos
con unas cuantas palabras,
sin ver detrás
 de las discretas
persianas
Me repito con el mismo silabario
Corran la página
le digo a mis fantasmas
Remos que llevan a sus aguas,
se bifurca un camino,
pasará la luz atravesada
en tu cuerpo
Cenizas, vendrán  cenizas
por nuestros huesos,
inevitablemente.

Rolando Gabrielli©2011
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MUNDO DE TORTURADORES

DIFUNDEN EL INFORME DE LA ONG ACCION DE LOS CRISTIANOS CONTRA LA TORTURA
Publicado en el Diario Página 12 del día de la fecha

La caída de regímenes como el tunecino, el egipcio y el yemení permitió que se corriera el telón sobre la forma en que se maltrataba a esos pueblos. Lo mismo, con las grandes democracias.

Por Eduardo Febbro
Desde París

El siglo XXI sigue siendo un mundo de torturadores. De los 194 Estados de que constan en las Naciones Unidas, cien de ellos practican regularmente la tortura, sea como medio para obtener informaciones o confesiones, sea como metodología para hacer reinar el terror: Siria, Egipto, Argelia, Chile, Argentina, Brasil, Cuba, Estados Unidos, China, Vietnam, India o Rusia, no hay continente que esté exento de esa barbarie. Esta es la vergonzosa conclusión del informe Un mundo de torturadores, publicado en Francia por la ONG Acción de los Cristianos contra la Tortura, ACAT (http://www.unmonde tortionnaire.com). Las víctimas de las torturas tienen una identidad común a todos los países: periodistas, sindicalistas, opositores políticos, abogados, blogueros, miembros de minorías étnicas o religiosas, defensores de los derechos humanos, miembros de ONG. El retrato que hizo la ACAT muestra que, en vez de retroceder, esa metodología se ha mantenido a niveles altísimos pese a la “reconversión” de muchas dictaduras a la democracia liberal. Jean-Etienne de Linares, delegado general de la ONG ACAT Francia, destaca que no quedan muchas zonas del mundo con las que hacerse ilusiones: “Queremos creer que el uso de la tortura es una práctica reservada a los regímenes autoritarios. Pero éstos no tienen la exclusividad de esos crímenes y los principales países reconocidos como democráticos están lejos de ser irreprochables en esa materia”.
Lo más asombroso radica en que esa práctica degradante y asesina ni siquiera cuenta con una definición coherente. El informe de ACAT recuerda que si bien “el derecho internacional suministra indicaciones” sobre la tortura (Artículo 16 de la Convención contra la Tortura), “es imposible establecer una distinción neta entre lo que atañe a la tortura y lo que atañe a las penas o tratamientos crueles, inhumanos o degradantes”. Por lo pronto, el informe de la ONG ofrece un catálogo universal de la crueldad de los Estados. La caída de regímenes como el tunecino, el egipcio y el yemení, o las revueltas que estallaron en Jordania o Siria, han permitido que se corriera el telón sobre la forma en que esos gobiernos torturaban y torturan a sus pueblos. Lo mismo ocurre con las grandes “democracias” como la India, Pakistán o Irán o con países de alto desarrollo económico como China: oponerse a cualquiera de esos poderes, en cualquier escala, significa pasar por el patíbulo de la tortura. Ni siquiera las revoluciones democráticas se salvan de ese horror. Un ejemplo patético es el de Costa de Marfil, donde los dos bandos, el del dictador Laurent Gbagbo y el del supuesto demócrata Alassame Ouattara, recurrieron con igual intensidad a la tortura y las ejecuciones primarias.
En lo que atañe a América latina y a la Argentina en particular, el informe Un mundo de torturadores no examinó específicamente el caso argentino, aunque sí pone de relieve la persistencia de ese acto de barbarie en manos de la policía. La ACAT escribe al respecto que si “la democracia trajo el cese casi total de las exacciones contra los miembros de la oposición, ello no impide que la policía siga recurriendo de forma a menudo rutinaria a la tortura como técnica de interrogatorio contra los prisioneros de derecho común”. Mucho más comprometedor es el capítulo dedicado a Chile, donde la movilización social que estalló en mayo de 2011 de la mano de los estudiantes chocó con una “represión particularmente violenta por parte de las fuerzas del orden”. El informe señala que, en Chile, “el fenómeno de la tortura perdura en el país contra los militantes de los movimientos de contestación y contra ciertos pueblos indígenas como los mapuches y los rapa nuis”. Brasil se lleva igualmente una pésima mención. A pesar de que Brasil adoptó los principales instrumentos para prevenir la tortura, ésta sigue siendo “una práctica rutinaria en el seno de las fuerzas armadas”. El texto de ACAT asegura que “las principales víctimas de la tortura en Brasil son los campesinos y los miembros de las comunidades indígenas que reivindican el derecho a la tierra, los defensores de los derechos humanos y los periodistas”. Perú, Colombia y Venezuela forman un trío donde la tortura es regularmente utilizada. En Perú, campesinos, indígenas y líderes locales son objeto de frecuentes torturas. En Colombia, la “tortura es una práctica generalizada” mientras que en Venezuela la tortura es de “uso corriente en el seno de los servicios de seguridad del Estado”. Honduras, Cuba y México integran el otro trío denunciado por la ACAT. Según el informe, el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya dio lugar a “un recrudecimiento repentino y masivo de la tortura”. En lo que atañe a Cuba, la ACAT recalca que, pese a las afirmaciones de Fidel Castro y Raúl Castro, “los malos tratos y los vejámenes forman parte de los métodos de represión sistemáticamente utilizados por el régimen cubano”. En cuanto a México, allí se constata que las primeras víctimas de la tortura son “las personas críticas al gobierno y quienes denuncias los abusos de la clase política”.
Después de un recorrido espeluznante a través de la geografía mundial de la tortura, el informe llega hasta las orillas de cuatro grandes democracias: Estados Unidos, España, Francia y Gran Bretaña. En lo que respecta a Estados Unidos, la investigación de la ONG recuerda las violaciones a los derechos humanos cometidas por Estados Unidos fuera de sus fronteras en nombre de la guerra contra el terrorismo. Sin embargo, el mismo informe resalta que ello “no debe ocultar la situación extremadamente preocupante que reina dentro del territorio norteamericano”. España figura en el cuadro por las condiciones de arresto, la violencia contra los migrantes, las expulsiones con malos tratos y los abusos policiales. Francia tampoco escapa: tratamientos indignos y degradantes e incluso “torturas” así como tratos de una violencia ciega contra los inmigrantes ilegales fueron denunciados numerosas veces. Lo mismo ocurre en Gran Bretaña, donde los casos de tortura se focalizan fuera del territorio y se inscriben en el marco de la ya incongruente lucha contra el terror. La caída del Muro de Berlín y la desaparición progresiva de las dictaduras de América latina no parecen haber transmitido las enseñanzas sobre los límites del horror. La tortura sigue siendo un instrumento del poder. Los verdugos conservan un grado de impunidad absoluto.

jueves, 29 de diciembre de 2011

NUEVO PARADIGMA

Es tiempo de librar la Batalla Cultural
Publicado el 29 de Diciembre de 2011 en Tiempo Argentino

Por Julio Fernández Baraibar Periodista, escritor, and miembro de número del Instituto del Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego.

Esta Batalla Cultural implica también revertir el estrecho patriotismo impuesto por el proceso disgregador de América Latina y asumir un nuevo patriotismo continental.

La reelecta presidenta Cristina Fernández de Kirchner reeligió a sus ministros y secretarios. Si la voluntad popular la había reelegido como consecuencia de una política acertada, ¿cuál sería la razón para cambiar a los ejecutores de esa política? Esa política tiene, entre sus elementos constitutivos, un aspecto que la propia presidenta ha llamado la Batalla Cultural. 
La Batalla Cultural es un esfuerzo político e intelectual, desde el gobierno y desde la sociedad, que permitirá cambiar el paradigma sobre el cual se ha construido la visión de que los argentinos y argentinas tenemos sobre nosotros mismos. Ello implica, por lo tanto, restablecer un relato histórico que exprese la formación de nuestra sociedad desde la perspectiva de las grandes masas, de los sectores populares, derrotados en la mayoría de nuestras grandes encrucijadas, y de la construcción de nuestra independencia política, territorial y económica. La presidenta lo ha enunciado expresamente en varias oportunidades. En la celebración del Día de la Soberanía en la Vuelta de Obligado, cada 20 de noviembre, y en la reivindicación de nuestra jurisdicción nacional sobre las Islas Malvinas y de nuestra guerra patriótica de 1982, cada 2 de abril, Cristina expresó el núcleo de ese paradigma que se enfrenta al relato establecido en 1853, como resultado de la batalla de Caseros. “Despojar de nuestras cabezas las cadenas culturales, que durante tanto tiempo nos han metido y que son más invisibles y dañinas que los cañonazos,” fue la propuesta lanzada por la presidenta Cristina el 20 de noviembre del año pasado.
Esta Batalla Cultural implica también revertir el estrecho patriotismo impuesto por el proceso disgregador de América Latina y asumir un nuevo patriotismo continental. Significa romper en nuestros cerebros, el verdadero campo donde se libra esta batalla, la idea de una Argentina diferente −por blanca, por europea, por civilizada− al conjunto de los países de la UNASUR o de la CELAC. Estamos volviendo a ser parte de una gran nación latinoamericana y es necesario comenzar a pensar en esos términos, que eran los de San Martín, Artigas, Bolívar y O’Higgins, pero que, en otra batalla cultural perdida, fueron escamoteados. De ahí que el Instituto del Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano se haya propuesto rescatar del olvido o hacer conocer las figuras de grandes compatriotas continentales a los que la balcanización convirtió en desconocidos en su propia tierra.
Además, el año que viene se cumplen 30 años de la Guerra de Malvinas. La sociedad y el Estado argentinos deberán recordar con dolor y dignidad a sus muertos heroicos en la turba malvinense. Tendremos que denunciar, con mayor vigor que nunca, la usurpación colonial británica y reivindicar la gesta que se inició el 2 de abril de 1982. Este año Cristina declaró solemnemente en Río Gallegos: “Hagamos el duro aprendizaje de poder diferenciar las cosas y saber comprender que la patria y sus derechos están por sobre toda otra circunstancia o episodio que nos haya tocado vivir a cada uno de nosotros. Esa parte de la Argentina probritánica, determinada por el paradigma impuesto en Caseros, más la colaboración de los propios británicos inició, con la derrota en el mar Austral, lo que se llamó la “desmalvinización”, quitar de la memoria cultural argentina el orgullo de haber luchado por nuestro territorio. Forma parte de la Batalla Cultural restablecer aquel entusiasmo, revivir −como ocurre en cada reunión de países latinoamericanos− el sentimiento de patria grande que despertó aquella gesta. Este será, en 2012, otro de los momentos de esta batalla.
Y si bien esa contienda que ha propuesto Cristina se da en todos los frentes de la actividad del Estado, la Secretaría de Cultura de la Nación ha tenido y tiene una función decisiva. Jorge Coscia, el secretario de Cultura de la Nación, ha jugado en estos dos años un gran papel. Tanto el Tercer Congreso Nacional de Cultura, el año pasado en San Juan, como el IV Congreso Iberoamericano de Cultura, este año en Mar del Plata, abrieron un amplio debate sobre estos nuevos paradigmas, sobre esta reescritura de nuestra memoria histórica. Los acuerdos celebrados recientemente con la ministra de Cultura de Brasil, Ana de Hollanda, el lanzamiento de los Puntos de Cultura –un  programa de democratización de los proyectos culturales y fortalecimiento de las organizaciones de base−, la Cátedra de los Libertadores a lo largo de estos dos años, ha significado, con tantas otras iniciativas, que la cultura argentina es parte de un espacio más amplio, el continental, que, por otra parte, es ratificado por la presencia en el país de tradiciones y culturas de los compatriotas latinoamericanos que habitan nuestro suelo.
Esta batalla incruenta, de ideas, de pensamiento, de debate y reformulación es, de alguna manera, la garantía de continuidad en el tiempo, sin restauración posible, de este momento extraordinario que vive América Latina. Por primera vez en tiempos modernos un gobierno de signo nacional y popular podrá ejercer su mandato por más de diez años continuos. Es el momento para que la impronta de estos años quede fijada para siempre en la autoconciencia nacional.
Estamos velando las armas de la crítica.
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EXPERIENCIA COMUNITARIA

Ciudadanas en situación de calle
En un merendero parroquial que reúne a mujeres en situación de calle, la intervención de dos psicólogas contribuyó a pasar, de una situación caracterizada por la desunión y la mera demanda asistencialista, a la perspectiva de una red, en la que estas mujeres –escuchándose, compartiendo relatos, saberes y proyectos– empiezan a ejercer su ciudadanía
Por Ruth Graciela Melnistzky *
Tomado del Diario Página 12 del día de la fecha
Desde mediados del presente año venimos realizando –con la licenciada Virginia Cracco– una experiencia con mujeres en situación de calle en una parroquia del barrio de Congreso. Fuimos convocadas con la idea de participar quincenalmente en el horario en el que concurrían a tomar su merienda. Además de comida, se les proporciona ropa limpia e instalaciones para asearse. La atención de las mujeres, que asisten dos veces por semana, es coordinada por una persona laica y un grupo de voluntarias que las ayudan en la elección de distintas indumentarias y en los turnos para el aseo personal. El objetivo de la organizadora de este espacio “merendero” es convertirlo, en el futuro, en un refugio para mujeres sin techo. El encuentro quincenal que desarrollamos se inició en el marco de una ida y vuelta de mujeres que, instaladas en diferentes mesas, sin intercambio ni diálogo alguno entre ellas, esperaban ser llamadas para elegir ropa y bañarse. Su aspecto personal no es en general desaliñado, muchas de ellas se muestran coquetamente vestidas y distan del estereotipo previsto para las personas que se encuentran en situación de calle.
Sus edades oscilan entre los 18 y los 65 años, aunque unas pocas son mayores. En su mayoría son argentinas, todas desocupadas y algunas tienen a su cargo hijos de corta edad. En ciertos casos reciben pequeños subsidios del Gobierno de la Ciudad o de la Nación.
Muchas de ellas viven directamente en la calle, por ejemplo en la Plaza Congreso; otras, en las antesalas de las guardias de hospitales, donde informalmente se les permite pernoctar. No muchas residen en refugios del Gobierno de la Ciudad, en los que las condiciones están muy alejadas del mínimo grado de respeto por la necesidad del usuario –el horario de ingreso es muy restrictivo, tienen que cambiar de cama cada vez y la falta de espacio genera situaciones violentas–; otras viven en pensiones u hoteles precarios. Unas pocas viven con su familia.
Casi todas, luego de haber tenido una vida de mujer común, han perdido paulatinamente y, por diferentes y múltiples circunstancias, su lazo social. En general tienen estructuras psíquicas lábiles, y diversas causas convergieron para que llegaran a esta situación: rupturas de vínculos amorosos donde el sustento económico de la pareja era el hombre, proveedor además de la vivienda; pérdida de trabajo a fines de los ’90, con imposibilidad de afrontar el costo del alquiler o la pensión; alejamiento del trabajo por retiros voluntarios; dificultad para reinsertarse laboralmente por carecer de domicilio comprobable; incapacidad para realizar trabajos en forma autónoma y quebrantamiento de vínculos familiares por consumo y comercialización de drogas. En muchos de estos casos prevalece un sufrimiento psíquico que excede cualquier clasificación de manual y que sólo puede comprenderse desde una mirada abarcadora, atravesada por una serie de determinantes que invitan a pensar cuál es nuestro lugar de intervención dentro del campo de la salud mental.
Con Virginia Cracco nos planteamos abrir un espacio de intercambio entre ellas, en el que la palabra y la escucha comenzaran a circular de modo atento y diferente. Nos encontramos con el caos, el desorden y la demanda de respuestas asistenciales concretas a problemas vitales. Estaba presente, además, la mirada poco amigable de las voluntarias de la institución, quienes, desde un lugar muy diferenciado, no escatimaban comentarios y bullicio. Claro que esto no ayudaba a disminuir el caos, y dificultaba la posibilidad de escuchar, en el más literal sentido de la palabra.
Nos afectaban sentimientos de confusión, agobio y exigencia; nos preguntábamos si, cuando las necesidades básicas no están garantizadas, hay espacio para la circulación de la palabra. Teníamos claro que nuestra intervención no se fundaba en dar una respuesta asistencialista a las demandas, que por lo demás no teníamos forma alguna de satisfacer. Las mujeres que se acercaban a nosotras lo hacían con la idea de obtener fórmulas rápidas, certeras, para satisfacer sus requerimientos. Estos en general se centraban en la necesidad de lograr certificados de discapacidad; conseguir medicación psiquiátrica cuando habían perdido el turno en el centro de salud; buscar la forma de evitar ir a dormir en los refugios; recibir constancias de domicilio estable para conseguir trabajo, en general de empleadas domésticas; lograr discernir si ese hombre que se había acercado a ella la quería en realidad o la tomaba como posible trabajadora sexual.
Nuestra determinación de no desanimarnos frente a la imposibilidad de dar respuesta a la demanda fue el eje conductor de los encuentros. Decidimos insistir con el supuesto de que el armado de una red, por precaria que fuera, podía reinstalar la representación de lazo, y de que esto en sí mismo generaría efectos en la subjetividad desdibujada de esas mujeres.
En las sucesivas reuniones persistimos en esta dirección. Cada vez, al comienzo, reiterábamos la pregunta: “¿Qué tienen ganas de charlar hoy?”. Al principio algunas se acercaban por curiosidad, permanecían sentadas en silencio o dormitando de a ratos. Otras escuchaban los pedidos y quejas de sus compañeras, mientras esperaban inquietas ser llamadas para asearse y elegir ropa. En una de las reuniones, casi por casualidad, una mujer visiblemente afectada de reuma, que dormía con su hijo en el hall de un hospital, comentó que participaba en unos talleres de teatro comunitario; eso le resultaba más divertido que tratar de conseguir subsidios. Entonces, otras participantes hablaron de actividades que venían haciendo en diferentes espacios gratuitos: hacían cursos de pastelería, de armado de juguetes de madera, de costura, de tejido.
Empezar a compartir estos diferentes comentarios dio lugar a inquietudes y saberes diversos, incluido el uso de Internet como medio de búsqueda de información. Después de un tiempo, las voces comenzaron a diferenciarse, y una joven propuso hablar sobre lo ocurrido en la semana, como alternativa más atractiva que el reiterado pedido de datos y de formas de conseguir comida o ropa. Poco a poco, la demanda de respuesta concreta fue cediendo lugar a los relatos subjetivos de algunas de ellas. Describían, en general, cómo habían llegado a la situación de calle, algunas por abandono de sus lejanos lugares de origen y por falta de recursos para obtener un trabajo en Buenos Aires. Otras traían recuerdos familiares y relatos de momentos compartidos con sus hijos en la época de la crianza, estudios que habían quedado truncos en alguna provincia o país limítrofe, habilidades de vieja data, por ejemplo la costura, y otras aprendidas en nuevos cursos. En muchos casos se exaltaba la relación con algún familiar cercano, a modo de anclaje más normal en la cotidianidad.
Así, el ruido generado por la urgencia individual fue dando paso al silencio. El murmullo constante, ante la espera ansiosa para elegir ropa y la pelea por el turno del aseo personal, permanecía latente, pero no impedía escuchar con alguna curiosidad el relato de la compañera casual de merendero, saber quién era esa otra.
Una de ellas tenía un aspecto muy diferente al del resto: una especie de alto perfil oligárquico. Su historia de vida era desconocida, y ella hacía todo lo posible por diferenciarse y descalificar al resto, aunque terminaba esperando su turno de aseo con tanta desesperación como la más desaliñada. Otras participantes empezaron a contestarle: toda esa experiencia de vida, ¿por qué no la usaba para buscar trabajo? Otra era una anciana que, cuando murieron su marido y su hijo, abandonó su casa y dormía en las plazas. Las compañeras fueron acercándole opiniones y sugerencias: “Vos no tenés experiencia en calle, te van a pasar por arriba”. Sobre la base de sus propias experiencias de vida, le hacían recomendaciones centradas en el autocuidado, en los riesgos de transitar la calle si se carece de camino recorrido en ella. Rápidamente le aportaban información sobre lugares, ligados a espacios religiosos, que acogen gerontes para pernoctar. Finalmente dos compañeras quedaron encargadas de garantizarle un lugar donde dormir.
Los relatos plasmaban la singularidad de cada una, su lugar como sujeto, su recorrido de vida; ninguna de ellas había nacido en la calle. Fueron apareciendo proyectos de vida, no como representaciones de ilusión, sino como posibilidades de abordar pequeños emprendimientos al recobrar viejos conocimientos; historias de trabajos familiares realizados por generaciones anteriores, u otros aprendidos en nuevos cursos, que les permitieran acceder al alquiler de una pensión, un espacio donde la cama y las sábanas fueran las mismas todos los días, donde poder colgar sus objetos, donde algo de su identidad estuviera plasmada. Dos integrantes del grupo relataron detalladamente la venta informal de almohadones que, como “manteras”, realizaban en alguna plaza de la ciudad; esta actividad les permitía algún ahorro para reinvertir en materiales.
Este cambio de posición de las participantes modificó la distribución espacial durante las reuniones: las voluntarias fueron mezclándose en la rueda, se dejó un poco de lado la diferencia entre las unas y las otras, las que piden y las que, caritativamente, dan. La palabra comenzó a circular y la escucha se volvió fructífera.
Nuestro rol es fundamentalmente el de coordinación. Favorecemos la circulación de las distintas voces; durante el encuentro hacemos pequeñas intervenciones, y al final de cada encuentro intervenimos haciendo una síntesis y destacando temas pendientes para próximos encuentros.
Cerramos la actividad del año con el armado de una guía de recursos para cubrir necesidades básicas: alimentación, sitios donde dormir, médicos, remedios; y no tan básicas como peluquería, manicura y otras. Todos los datos para esta guía fueron suministrados por las participantes. Y, a modo de rompecabezas, esto fue dando respuesta, desde ellas mismas, a sus demandas del inicio. Sabían mucho más de lo que cada una suponía. El dicho de la compañera de mesa pasó a ser significativo a la hora de pensar en recursos: algo del lazo comenzó a gestarse, algo de lo perdido se fue recuperando.
Gradualmente, las integrantes dejaron de ser objetos de asistencia para ser sujetos activos de participación. La queja y la necesidad dejaron de ocupar el centro de la escena y surgió el relato, como forma de plasmar las distintas historias individuales. Aparecieron anécdotas y recorridos de vida en los que se recuperan aspectos subjetivos enterrados o postergados.
Para el próximo año, las organizadoras del merendero plantean hacer una feria donde puedan venderse las diferentes producciones confeccionadas por las asistentes. Probablemente nuestro lugar de intervención sea acompañarlas en este proceso, participando en la medida en que lo demanden.
Ciudadanía en red
En esta intervención comunitaria –caracterizada por encuentros unitarios, en los que algunas participantes son estables– intentamos diseñar y desarrollar acciones centradas en un modelo participativo: sosteniendo que toda acción será más eficaz cuanto más se involucre a todos los actores que participan en el escenario que se va a abordar. De esta forma de accionar se desprende la posibilidad de comprender la especificidad del despliegue subjetivo. Podemos pensar entonces la subjetividad como singular y emergente de las tramas vinculares que la trascienden. El problema se complica cuando esos vínculos no se han podido formar o han devenido deficitarios o inexistentes, ya que los lugares donde la palabra podía ser escuchada, donde la singularidad del sujeto podía surgir, han ido desapareciendo o perdiendo sentido y han sido ocupados por la espera pasiva de la dádiva y la asistencia, que inevitablemente conlleva la desubjetivación y la anomia.
Siguiendo a Silvia Bleichmar, pensamos que la producción de subjetividad hace al modo como las sociedades determinan las formas con las cuales se constituyen sujetos capaces de integrarse a sistemas que les otorgan un lugar. Por lo tanto está determinada por el entrecruzamiento de un conjunto de elementos que van a producir un sujeto histórico, potable socialmente. Es entonces el concepto de red el que da cuenta del intercambio dinámico entre las personas, como un medio de involucrar a sujetos con las mismas necesidades o problemáticas, que buscan formas de agruparse para potenciar sus recursos, rescatando experiencias y resignificándolas a partir de nuevas identificaciones e intercambios con los otros.
De acuerdo con Hannah Arendt, podemos decir “que la ciudadanía es la existencia política y consiste en la presencia en el espacio público, o en el aparecer y hacerse visible a la luz pública mediante el uso de la palabra. El discurso público y la acción en conjunto de los ciudadanos dan origen a lo político. Entendemos lo público no como propiedad de instituciones u organizaciones formales, sino como una red de circulación de opiniones de amplio horizonte, que tienen como base el intercambio, la confrontación y la alianza, a veces momentánea.
Pensamos que las diferentes formas de acercarnos e intervenir en una comunidad dependen fundamentalmente del lugar desde donde miramos los acontecimientos. Una mirada externa, importadora de rápidas recetas de acción preformadas y enlatadas, seguramente opera en forma inmediata y sin lugar a duda alguna, pero no perdura en el tiempo. Si la palabra de los sujetos que son objeto de nuestra atención no es escuchada, se pierde y se diluye. En cambio, en tanto nos corremos del lugar de la rápida acción normativa y hacemos circular la palabra como herramienta princeps de nuestro trabajo en salud mental, facilitamos la apropiación de conocimientos y la generación de recursos. Se pone en marcha, así, un sistema de retroalimentación creativa que reactiva las potencialidades y otorga sentido, de pleno derecho, a las necesidades del sujeto.
* Psicóloga. Docente universitaria. Directora de la revista Diagnosis.
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martes, 27 de diciembre de 2011

EL MATADERO

TEXTO FUNDACIONAL DE LA LITERATURA ARGENTINA

El Matadero, en cuidada reedición

Publicado el 27 de Diciembre de 201, en Tiempo Argentino
Por Juan Pablo Cinelli

En el mundo todo tiene un comienzo más o menos certero, pero los finales, aunque imposibles de evitar, siempre son impredecibles. A punto de culminar el año, el sello editorial Edhasa acaba de publicar una nueva versión ilustrada de El Matadero, famoso relato de Esteban Echeverría que para gran parte de los historiadores y del mundo académico marca el comienzo del cuento como género dentro de la literatura argentina. El libro parece llegar justo a tiempo, antes de acabar este 2011 en que se conmemoraron los 160 años de la muerte del escritor, ocurrida en 1851, durante su exilio en el Uruguay.

Esta nueva versión del relato viene acompañada por el trabajo de dos importantes artistas plásticos: Marcia Schvartz y Fernando Bedoya. Sus ilustraciones, en impactante blanco y negro, son un trabajo de montaje realizado a partir de adaptaciones gráficas del cuento de Echeverría que otros realizaron previamente. Dichos trabajos conforman un arco estético que incluye a artistas muy disímiles y que va de Alberto Breccia y Héctor Germán Oesterheld  a Honorio Pueyrredón o Juan Carlos Castagnino, entre otros. El resultado es una masa claroscura que consigue revivir, quizá por primera vez, el clima empastado y sudoroso de aquella Buenos Aires como un pantano; el aire irrespirable del matadero, saturado de sangres arrancadas de manera bestial. Y, sobre todo, el ominoso clima político que, aunque desde una perspectiva claramente clasista y despectiva, representa una de las miradas posibles sobre el período rosista.
A estas imágenes Schvartz y Bedoya las agrupan bajo el nombre de Trans-Grafías, objetos gráficos que de algún modo vienen a representar para la vista aquello que tan bien ha descrito Echeverría con palabras. Manchar, cortar, invertir, desgarrar, borrar, tachar, superponer, pegar, son algunas de las operaciones y técnicas que Bedoya reconoce en su breve texto de presentación para describir el trabajo realizado. El lector no puede sino sentir que todas ellas anticipan el relato salvaje de los acontecimientos que componen el cuento.
El Matadero cuenta de manera realista la historia ocurrida durante la Pascua de algún año de la década de 1830, en una Buenos Aires azotada por una inundación que provocó una escasez de carne, alimento que, aunque prohibido por la Iglesia en esos días de recogimiento y penitencia, sin embargo era consumido sobre todo por las masas populares. Echeverría no ahorra ejemplos, con la ironía como principal recurso, para hacer evidente la tensión entre federales y unitarios, relacionando a los primeros con la Iglesia, institución ya por entonces cuestionada por la otra facción, de raíz claramente liberal. Un emergente de la famosa dicotomía entre civilización y barbarie, sobre la que pocos años después profundizará Sarmiento en su Facundo. 
Luego de detallar con evidente desprecio el clima popular que reinaba dentro del matadero, donde todo es descrito de manera atroz, donde abundan las consignas federales entonadas a viva voz y el hambre de las clases populares es visto como una manifestación animal (trabajadores, mestizos, negros y mulatos todo el tiempo son igualados a los perros, con quienes se disputan las sobras de la faena), el relato llega a su punto de quiebre. Un  joven pulcro y elegante que acierta a pasar por el lugar es identificado por la gente del matadero como unitario, en virtud de su aspecto “cajetilla” y su barba en forma de “U” (la misma por la que se lo puede reconocer a Echeverría en los retratos que se conservan de él). Atacado sin más razón aparente que esos detalles cosméticos, el joven es agredido y humillado pero mantiene su dignidad con actitudes de desprecio hacia sus agresores.  
El Matadero es eficiente en mostrar con precisión, aun en su absoluta parcialidad, desde la simpatía o el rechazo, los perfiles de las partes en pugna. De igual modo,  el destacado trabajo de Marcia Schvartz y Fernando Bedoya resulta un complemento perfecto para dar relieve a aquellas escenas del relato que pueden resultar significativas para notar cómo, con más de 170 años de historia como abismo, la literatura sigue siendo hoy el más valioso de los retratos. 
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MUESTRA DE FOTOGRAFÍAS


Una exhibición fotográfica que apela a la conciencia ecológica

Publicado el 27 de Diciembre de 2011 en Tiempo Argentino
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Hasta fines de enero se podrá visitar en el MAT la muestra de 88 imágenes tomadas a lo largo de 30 años por el mexicano Javier Hinojosa en sitios arqueológicos y ambientes naturales de su país. Un alegato ambientalista.

El Museo de Arte de Tigre (MAT) inauguró la muestra del gran fotógrafo mexicano Javier Hinojosa denominada “Estaciones”. Se trata de 88 imágenes de los suelos y las alturas de México, de sus ríos y lagos, sus selvas y desiertos. Paisajes, todos, de una rara belleza, que a su vez indican el grado de violencia a que están siendo sometidos por el cambio climático y el calentamiento global. 

Esta muestra en el MAT es fruto de sus 30 años dedicados al registro de restos arqueológicos y áreas naturales de su vasta nación, donde la naturaleza es la protagonista. Según los organizadores de la muestra, Estaciones cumple con el requisito de deleitar a los visitantes y de concientizarlos sobre  dilemas sociales que es preciso enfrentar. Tiempo Argentino dialogó en el MAT con su directora, Diana Saiegh, quien explicó los alcances y propósitos de la muestra: “La obra que expone el MAT es una prueba más de que la fotografía se ha incorporado a nuestro acervo como patrimonio del museo. Estoy contenta, porque esta muestra refleja el interés por combinar las artes tradicionales e históricamente refrendadas con lo novedoso y audaz que provenga del arte contemporáneo.” Será ella misma quien mencione a Tiempo a las personas imprescindibles para que esta muestra haya llegado a un museo de Tigre: el apoyo del intendente Sergio Massa, a través de su subsecretario de Cultura, Daniel Fariña, y sobre todo la labor del gobierno de México, a través de su embajada en la Argentina. Justamente, el consejero de Asuntos Culturales de la embajada mexicana, Ricardo Calderón Figueroa, dijo a Tiempo... que “en este contexto que ofrece el MAT estamos muy contentos con esta muestra, porque ya no es posible ignorar el rol esencial que cumple la naturaleza en nuestras vidas cotidianas. La destrucción del planeta, de su flora y fauna, es un atentado al propio ser humano. Por poner un solo ejemplo: la imprevisibilidad en los cultivos, la alternancia que se está dando entre sequías eternas y diluvios de lluvias es efecto de la ausencia de una conciencia ecológica: Hinojosa trabaja en robustecer esa conciencia, y los gobiernos de México y de la Argentina tenemos la obligación de profundizar ese camino. Y de hecho lo estamos haciendo en el trabajo diario.” 

Coincidió María Teresa Mercado Pérez, de la misión mexicana en nuestro país: “La calidad de la obra de Hinojosa es excelente por dos razones: por sus alcances artísticos y ecológicos. Es una obra que honra a la naturaleza mostrando sus encantos y su delicadeza”. Animaron el encuentro unos mariachis rigurosamente tradicionales en su repertorio, y una cantante lírica Carla Curia, que trabaja en el Museo que interpretó fragmentos de La Traviata de Verdi. 

Por último, dos eventos más coronaron en simultáneo esta muestra de Hinojosa: la exhibición de los pintores cubanos Juan José Cura y Agustín Villafañe, titulada “Misa Negra” –cuadros, objetos y esculturas–; y la entrega de los Premios “Arte Joven 2010” de la Fundación Williams, que promueve las mejores producciones en dibujo contemporáneo de artistas emergentes, exhibidas en la sala de la planta baja del MAT
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lunes, 26 de diciembre de 2011

JOHN BERGER

Los tiempos que vivimos

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La tarde del 8 de agosto, que fue el tercer día de combates callejeros en Croydon, un suburbio de Londres, los jóvenes manifestantes le prendieron fuego a algunos edificios, incluida una tienda de muebles que estuvo ahí por muchas generaciones. A partir de las imágenes aparecidas en la pantalla de televisión pensé que me era conocida. A finales de los años 30, mi madre solía ir a Croydon de compras una vez a la semana, y con frecuencia yo la acompañaba. Le ayudaba a cargar las cosas y, ya que éramos dos, lo volvíamos una salida, lo que significaba irnos al cine a la función de la tarde.

Primero nos íbamos al mercado de la calle Surrey, luego a unos almacenes grandes, y finalmente salíamos triunfales al Cinema Odeon, que quedaba casi que en la puerta de junto. En estas ocasiones mirábamos siempre estrenos de Hollywood, y después los comentábamos. Gracias a mi madre y a estas películas, desde la edad de 10 u 11 años comencé a aprender un poco de lo que era narrar historias. (¡Ah!, Howard Hawks, Capra, Dieterle, Archie Mayo...)

El 8 de agosto los jóvenes se amotinaron porque no tienen futuro, no tienen palabras y no tienen sitio alguno donde ir. Uno de ellos, arrestado por saqueo, tenía 11 años.

Al mirar las escenas del levantamiento de Croydon quería yo compartir mis reacciones con mi mamá, muerta hace ya mucho tiempo, pero no estaba a la mano, y supe que esto ocurría porque no podía acordarme de los almacenes a los que íbamos antes de apresurarnos al cine. Busqué persistente el nombre y no pude invocarlo. De repente vino a mí: Kennards. ¡Kennards! Y de improviso mi madre estaba ahí, mirando conmigo la pedacería de imágenes de los motines en Croydon. El saqueo es consumismo que se trepa a la cabeza y tiene los bolsillos vacíos.

Es extraño cómo pueden asociarse tanto los nombres a una presencia física personal, aun ese nombre tan distante como Kennards. Tales nombres operan cual contraseñas.

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El lago en medio de las montañas es muy profundo y tiene como 70 kilómetros de largo. El Ródano fluye atravesándolo. Entre los peces que se crían aquí está el salvelino, o trucha salmonada, muy aclamado por los gourmets. El salvelino pertenece entonces a la familia del salmón. Cuando es pequeño es un pez casi transparente, como un pañuelo de seda azuloso; cuando es grande llega a pesar 15 kilos. Al acercarse la temporada de desove, los costados ventrales y las aletas pectorales de los machos adultos se tornan de un naranja rojizo.

En el lado sur del lago hay un poblado en una colina, y entre la colina y la orilla del lago hay espacio para un pequeño puerto, un maleconcito con cafés, una piscina, una angosta playa de guijarros, juegos para niños, prados y palmeras, y en los días de verano, como en agosto, todo esto se conjunta para volverlo un modesto destino turístico en miniatura, a la orilla del agua. Quienes se reúnen ahí están de vacaciones. Han dejado atrás, en alguna parte, sus vidas cotidianas. Tal vez a pocos kilómetros, tal vez a cientos, pero se vaciaron a sí mismos. La raíz etimológica de la palabra vacación proviene del latín vacare, vaciarse, liberarse.

Si uno camina ahí, tiene que buscar el paso –pues el espacio es angosto y muy pequeño entre tantas reclinadas libertades.

La mayoría de las mujeres y los hombres que vacacionan aquí está entre los 30 y los 50 años. Descalzos, con las piernas desnudas, se tiran en toallas al sol o a la sombra de los árboles; otras personas nadan con sus niños, o se recuestan en sillas. No hacen grandes proyectos, porque el lugar es diminuto y su tiempo aquí muy breve. (Es por eso que las horas se alargan.) No hay fechas límite. Hay pocas palabras. El mundo y su vocabulario, los cuales normalmente repiten aunque no crean en ellos, se quedaron atrás. Aquí están vacíos. No hacen nada.

Y sin embargo, no es tan así. Llegan a ellos pequeñas bendiciones y ellos las colectan. En gran parte estas bendiciones son recuerdos –pero confunde llamarles así porque al mismo tiempo son promesas. Así pueden acumular los placeres que recuerdan y las promesas que tal vez no apliquen en el futuro del que con tanto gusto se vaciaron, sino que de algún modo se pueden aplicar al breve presente vacío que disfrutan.

Tales promesas son físicas, sin palabras. Algunas pueden verse, algunas pueden tocarse, algunas oírse, algunas degustarse. Algunas no son sino mensajes en el pulso.

El sabor del chocolate. La longitud del cabello empapado de la hija. La forma en que él se sonrió temprano esta mañana. Las gaviotas encima de la lancha. Las patas de gallo en las comisuras de los ojos de ella. El tatuaje que lo hizo molestarse tanto. El perro con su lengua que le cuelga por el calor. Las promesas de tales cosas funcionan como contraseñas: contraseñas hacia expectativas previas acerca de lo que es la vida. Y los que celebran a la orilla de lago van acumulando estas contraseñas, las reconocen, las susurran y todo les recuerda sin palabras esas expectativas, que viven de nuevo subrepticiamente, todo el tiempo.

* * *

Muy poco o nada en las vidas que llevan vividas hasta ahora los muchachos de Croydon les ha confirmado o le da aliento a expectativas de esta índole. Y así, viven aislados pero juntos, en el presente, violento al punto de la desesperación.

sábado, 24 de diciembre de 2011

de WALT WHITMAN

Los mensajes que los grandes poetas dirigen a cada hombre y a cada mujer son: Acercaos a nosotros en igualdad de términos, Sólo entonces podréis entendernos, No somos mejores que vosotros, lo que vosotros encerráis, nosotros encerramos, lo que nosotros gozamos, vosotros gozáis. ¿Acaso suponéis que hay un solo Supremo? Nosotros afirmamos que puede haber innumerables Supremos, y que uno no compensa a otros como los ojos de uno no compensan los ojos de otro.
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Y en otro momento dice:
"Yo soy el hombre...yo padecí... yo estaba allí"

viernes, 23 de diciembre de 2011

de DIMITRI BACK

Literatura rusa actual
Fuente, Revista Sequoyah Director: Carlos Lopez Dzur - Clic aquí

Me gustaría hablar sobre ocho puntos principales. Podéis imaginaros que estáis en una presentación de power point y encima de mí aparecen las diapositivas. 
Creo que es el periodo comprendido más o menos entre el año 86 ó 87 y hasta ahora. Es la perestroika y todo lo que la siguió. La perestroika tiene una denominación positiva y es así prespecto a la política pero respecto a la literatura este fenómeno tuvo unas consecuencias muy complicadas. 
Y es que en 85-89 apareció la así llamada la literatura de retorno, es decir las obras que habían estado prohibidas y no se habían podido publicar oficialmente anteriormente en la Unión Soviética (en los años 85-89 todavía estábamos en la Unión Soviética). En esos tres o cuatro años encima del lector cayó una avalancha de obras que se fueron creando a lo largo de los setenta u ochenta años anteriores. 
Voy a poner algunos ejemplos. Anna Ajmatova se había publicado pero su poema Requiem no lo había sido. Lo mismo ocurría en referencia al Doctor Zhivago de Pasternak. Pasternak no estaba prohibido pero su novela 'Doctor Zhivago' ni siquiera se mencionaba. 
Las obras de Evgueni Zamiatin –Nosotros y las demás obras– fueron publicadas por primera vez en esos años. Ya es otro tipo de literatura –literatura escrita en ruso en el extranjero– que estaba totalmente fuera del alcance del lector soviético. 
La así llamada literatura “de campos [de trabajos forzados]” –Solzhenitsin, Shalámov, Zhigulin y otros– se publicó en esos años. La más importante de esas obras, Archipiélago Gulag, se publicó en la revista 'Nuevo mundo' durante un año entero. 
También la literatura de los años 50 y 60, de la época del deshielo de Jrushov, –las obras de Dudíntsev, Granin, una de las novelas de Alexander Bek, dos novelas de Vasili Grossman– en gran parte vio a la luz por aquel entonces. De todos esos escritores se publicaron algunas obras pero una gran parte de su creación llegó a nosotros solo en los años 80.
Andréi Platónov es tal vez el prosista más relevante del siglo XX. Las principales obras suyas fueron publicadas también en esos tres o cuatro años, como La Moskva feliz, La excavación, Chevengur, El mar joven.
Y si contemplamos los años 70, en esos cuatro años desde 85 a 89 se publicaron todos los escritores que pertenecían a la literatura underground. Voy a nombrar muchos escritores y muchos títulos, probablemente no todos os resulten conocidos, lo siento pero es imposible prescindir de ellos, en eso consiste la principal complicación de esa conferencia. En los años 70, por primera vez se publicaron autores como Vsevolod Nekrásov, Serguéi Gandlevski, Alexander Eriómenko y muchísimos más. Se puede decir que todos los conceptualistas –no estamos hablando de los pintores sino escritores aunque muchos de ellos eran a la vez pintores– también fueron publicados en esos años. Los principales de ellos son Dmitri Alexándrovich Prígov y Lev Rubinshtein. En aquellos mismos años por primera vez se publicaron Sorókin, Pelévin y otros autores a los que luego se les solía encasillar como postmodernistas. 
En esos años se publicó la traducción rusa del 'Ulises' de James Joyce. También se publicaron las obras de Freud, Nietzsche etc. Eso hace más completa la visión de un gran volumen de literatura que superaba las posibilidades de cualquier lector. 
¿A qué llevó todo esto? ¿Qué es la literatura actual rusa? A finales de los años 80 debutaron escritores de todas las generaciones –la generación de Ajmátova y Gumiliov, la de Grossman y Pasternak, la de Prígov y Rubinshtein– ¡menos los escritores que acababan de cumplir 20 años! Y surgió otra generación perdida pero perdida no debido a la falta de la libertad, como lo fue a lo largo de los ochenta años anteriores. La literatura contemporánea rusa en estos años había muerto, dejó de existir porque las revistas gruesas no publicaban las obras recientes sino solamente la literatura de retorno. La literatura actual empezó en el momento en que se cayó en cuenta de que la llegada de la libertad no había llevado al orden normal de cosas que consiste en que un joven debuta, da a conocerse, llega al lector y vive la vida normal de un escritor profesional. No fue así.
Las revistas gruesas: La revista gruesa rusa –y no solo rusa– no quiere decir que se trate de una revista voluminosa y que pese mucho, no. Es una revista que publica novelas por partes, así la definiría yo. Tradicionalmente, a lo largo de muchos años desde que se fundó la primera revista rusa Biblioteca para la lectura, la revista gruesa rusa siempre estuvo en el centro de literatura. En ese sentido no hay mucha diferencia entre las época de antes y después de la revolución de 1917. Para hacerse un escritor profesional había que dirigirse, ante todo, a la redacción de una revista gruesa. Así ocurrió con Dostoevski y también así ocurrió con Bulgákov, antes de que cayera en desgracia. 
Estas revistas siguen existiendo, tienen sus tiradas y creen en su misión, y eso me parece muy bien, sigo publicando en todas las revistas gruesas y las quiero mucho a todas. A mediados de los 80, las tiradas de las revistas más conocidas –Mundo Nuevo, La Bandera, La Estrella, Nevá y otras– se dispararon hasta el millón y medio de ejemplares. En aquella época yo junto con mi hermano estábamos suscritos a 28 publicaciones mensuales. Ahora su tirada ha disminuido y es menor que la de Biblioteca para lectura en el siglo XIX que era 7.000 ejemplares y ahora la tirada de estas revistas ha bajado hasta 3 ó 4.000 ejemplares. Luego, su formato está muy pasado de moda. Nosotros ya estamos acostumbrados a llevar un libro pequeño de bolsillo. Y además publican solo una parte de la novela, y junto a ella hay versos, algún artículo, algunas fotos, y todo eso no se compagina bien uno con otro. 
Desde los años 90 domina otra forma de presentación del texto: la forma editorial. Ahora en el punto de mira están las editoriales. Lo más interesante y lo más importante para aquel quien quiere entender algo en la literatura actual, es conocer la política de las editoriales y las preferencias de cada una de ellas. Todas las grandes editoriales de la época soviética –como El escritor soviético, Literatura de ficción, El Contemporáneo y otras similares– han desaparecido. En su lugar han surgido otros monstruos, voy a nombrar solo dos: AST y EXMO. Estas dos editoriales juntas tiran del 35 a 40% de todos los libros, no solo de de ficción, sino de cualquier tipo. 
¿Está bien esto o está mal? Mi respuesta será ambigua. Porque si en la época soviética una persona decía que tenía tres libros de poesía, se podía pensar o que era un grafómano que canta logros de la agricultura soviética o el papel dirigente del Partido o que era realmente un buen poeta. Pero cuando ahora uno me dice que tiene 20 libros de poesía, para mí esta información es igual a cero. La política editorial en Rusia (igual que en otros países de Europa, ahora tenemos más rasgos parecidos que diferenciadores) es una mezcla de un interés comercial y ambiciones personales cuando se edita por cuenta propia. 
Internet también ha sustituido a las revistas gruesas. Diré una cosa paradójica: las revistas gruesas viven en Internet. La versión electrónica apoya a la de papel. El portal http://magazines.russ.ru da acceso a los contenidos de las revistas “gruesas” rusas.
El papel central de la literatura: Es un concepto específico. En Rusia durante los últimos cien o doscientos años tradicionalmente se daba mucha importancia a la literatura, y de un escritor se esperaba todo a la vez: que fuera artista, profeta, psiquiatra, político, economista... Así fueron Púshkin, Dostoevski, Bulgákov, Solzhenitsin. 
Es muy difícil inventar algún nuevo dicho pero yo lo he hecho. «El poeta en Rusia es más que un poeta» es una frase de Evgueni Evtushenko. Entonces yo he inventado otro dicho: «El poeta en Rusia ya no es más más que un poeta». Evtushenko no estaría de acuerdo. Sigue convencido de que la situación normal en un país es aquella en la que el pueblo llena los estadios no para ver fútbol sino para escuchar la poesía. 
Yo personalmente creo que cuando la gente va a los estadios a escuchar versos, eso es señal de que algo no funciona bien en la sociedad. Yo creo que cada uno tiene que dedicarse a lo suyo, es decir el pastelero a hacer pasteles, el zapatero, zapatos. La situación actual es muy difícil para literatura porque ésta se ha acostumbrado luchar por la libertad, contra la no libertad y contra los males y ahora, cuando muchas cosas ya están permitidas, mucha gente ya no tiene nada que hacer. 
Rusia no es más más que un poeta, el papel central de la literatura se sigue conservando en Rusia. Mis estudiantes de postgrado hicieron un estudio sobre qué lugar ocupan los proyectos literarios en los diferentes sectores nacionales de Internet. En comparación con diferentes países del mundo resulta que en Rusia el porcentaje de proyectos literarios en Internet es mucho mayor que en otros países. Y es mucho menor el número de proyectos comerciales. 
Y una conclusión más. Existen dos opiniones acerca de la situación de la literatura actual: unos creen que la literatura está en pleno auge, otros, que está en plena decadencia. ¿Por qué se puede decir que literatura está en decadencia? Porque hay muchísima literatura comercial, muchas obras de baja calidad y literatura ya no está en el centro de búsquedas morales, religiosas, etc. Estoy convencido de lo contrario: la literatura está en auge y está floreciendo –cada género literario a su manera, luego hablaremos de eso–. La literatura está atravesando lo que puede llamarse el siglo de bronce. El criterio para llegar a esta conclusión es muy simple: la existencia de muchísimos textos de excelente calidad. Otra cosa es que sea difícil destacar alguna 'cúspide', una cima de literatura como lo eran en el siglo XIX Púshkin, Gógol, Dostoevski, Turguénev, Tolstóy. Eran como cimas en comparación con las cuales todo el resto de la literatura parecía una llanura. Ahora es muy difícil destacar a alguien. Unos dirán que los últimos 20 años ha sido la época de Solzhenitsin o, por ejemplo, Fazil Iskander –escritores convencidos de que la misión de literatura es fortalecer los cimientos morales–. 
Claro que los principios de Sorokin, Pelevin, Akunin, son muy distintos, evalúo a estos tres escritores de manera diferente a cada uno pero no cabe duda de que, por ejemplo, Sorokin y Solzhenitsin no encajan uno con otro de ningún modo... Para otros, es la época de Dontsova y Ustínova. (A propósito, Tatiana Ustínova ayer tenía un encuentro con el primer ministro Putin, formando parte de una delegación de escritores.) Acabo de nombrar algunos autores de la así llamada literatura de series, son autores que producen muy rápidamente textos de la calidad relativamente baja destinados a ser leídos y olvidados. 
Aparte de la existencia de los textos de calidad, hay varios criterios más para poder demostrar un desarrollo relativamente alto de la literatura actual. En primer lugar, existe un fuerte movimiento de festivales y ferias literarias, y no siempre los festivales están ligados a las ferias. Este movimiento está muy desarrollado en Rusia. Voy a poner solo un ejemplo. Existe un festival denominado la Bienal de poetas en Moscú. Se celebra cada dos años y suelen participar más de 200 poetas. Esa semana todo Moscú está cubierto con carteles con citas de sus versos ¡es asombroso! El siguiente festival va a tener lugar muy pronto, en noviembre. Es curioso que su comisario sea el presidente del comité de Educación y Ciencia del Ayuntamiento de Moscú, el poeta Evgueni Bunimovich.
En la Rusia actual se conceden muchos premios literarios, más de una veintena, y también es una faceta importante en la vida de literatura actual. Voy a nombrar cuatro premios. El Booker ruso que derivó del premio Booker inglés en 1992. El premio Libro grande que tiene entre sus fundadores grandes empresas, holdings de los medios de comunicación e incluso las administraciones. El premio “Poeta” por el conjunto de una obra literaria, ya se ha otorgado cinco veces. Uno de sus laureados está en esos momentos en Madrid, es la poeta Olesia Nikoláieva, por cierto, autora del libro CCartas españolas. Nombro los premios donde participo de una manera u otra. Y por último, el premio Nos, fundado por el hombre más rico de Rusia, Mijaíl Prójorov, él cree necesario invertir en poesía. El nombre del premio es la abreviatura de las palabras rusas nueva literatura, y a la vez, naturalmente, hace referencia al relato de Nikolái Gógol La nariz («nos» en ruso). 
Ahora vamos a recorrer los grandes géneros de literatura rusa actual. Aquí voy a nombrar muchos nombres, tal vez sea un poco aburrido, o tal vez no. 
Obras de teatro: No soy experto en teatro pero doy clases en una escuela superior de arte teatral y voy a hablar de mis experiencias como espectador más que como profesional. Desde mi punto de vista la corriente más brillante de la dramaturgia de los últimos años es el así llamado “nuevo drama”. Es una dramaturgia de vanguardia que quiere borrar todas las fronteras entre la sala y el escenario. Esos dramaturgos utilizan la técnica del así llamado verbatim que es una palabra del mundo de ordenadores que explica mucho. [verbatim es la utilización directa de los textos “documentales”: chats, entrevistas, etc.] Una de las obras más famosas que utiliza esta técnica representaba un chat leído desde el escenario por los actores. Eran comentarios de usuarios reales dichos en los días en que sucedió la toma del colegio en Beslán, en Osetia. Desde el escenario sonaba, digamos, la verdad, es decir lo que había comentado sobre aquel suceso la gente normal, eran opiniones muy diferentes, a veces indecentes, a veces incluso fuera de la ley. Conversaban personas que no se conocían entre sí, simplemente contestaban al comentario de alguien. La globalización, la violencia, el terrorismo, esos son los temas dominantes de esa corriente de dramaturgia. No tan solo los atentados políticos sino también la violencia que penetra en nuestra vida en el día al día. Dos teatros recién fundados presentan esas obras. Son el teatro “Práktika” y “Teatr.doc”. Ocupan semisótanos en el centro de Moscú. A esa corriente pertenecen Mijaíl Kúrochkin, los hermanos Durnenkov, Vasili Sigarev, Pável Rudnev, Elena Isaeva, el muy brillante Iván Vyrypaev –el autor de la obra «Oxígeno»–, los hermanos Presniakov. Nombres muy conocidos para los moscovitas. En el mismo contexto también tengo que nombrar a Evgueni Grishkovets. Probablemente le conocéis, estuvo en España de gira. Sus espectáculos son monólogos, es al mismo tiempo dramaturgo, actor, director de escena. Ha sido alumno mío. 
Lo que he contado del “drama nuevo” parece mágico y ahora va a seguir una revelación. Como en “Master y Margarita” de Bulgakov: los espectadores han visto una sección de magia negra y luego piden explicaciones. Ahora viene la explicación. La literatura actual funciona de tal manera que precisamente en la posición más débil se encuentra la vanguardia que está luchando contra las normas burguesas, anquilosadas. Esta violación de las normas, esa ansia por lo chocante, por el extremismo en el escenario, muy rápidamente se fosiliza, se vuelve habitual y pierde su atractivo, se convierte en el canon.
Estoy convencido de que en Rusia acaba de terminar el siglo de bronce de poesía rusa porque el número, la densidad de publicaciones en los últimos ocho o diez años es comparable con la del siglo de plata de los principios del siglo XX, aunque no creo que entre nosotros se encuentren nuevos Mandelshtam, Blok y Pasternak. Todo empezó en el año 2000 ó 2001 cuando surgió la competencia entre dos grupos literarios. Uno se llamaba Vavilón (Babilonia) –www.vavilon.ru–, el otro se formó alrededor de la revista literaria Arión, este nombre está basado en un poema de Púshkin y fue la primera revista dedicada exclusivamente a la poesía en la nueva Rusia. Ahora hay por lo menos otra más que se llama Vózduj (Aire). 
El título Arión tiene alusiones a Pushkin, a la creación inspirada, mientras Vózduj tiene alusiones a Mandelshtam. Es muy emblemático porque Mandelshtam –que ha muerto en los campos de Stalin– había percibido la poesía como «aire robado», según sus propias palabras. Es aliento que está prohibido y que sin embargo surge a pesar de las prohibiciones. 

Me gusta la aparición de la materia
cuando después de dos o tres
o incluso cuarto alientos entrecortados
viene la respiración enderezadora...”

¡Es una aliteración asombrosa! [Una aliteración que en una traducción literal no se aprecia.] Guénrij Sapguir tenía un poema que se entiende en cualquier lengua sin traducción. Se llamaba El mar y se leía de esa manera. [Son varios sonidos semejantes a expiraciones que no hay manera de escribirlos adecuadamente en las lenguas europeas.] 
Pero volvamos a hablar de Vavilón y Arión. Para Arión en la poesía no ha cambiado nada, el poeta tiene la misma tarea que en los tiempos de Púshkin o la de Tvardovski, tiene que quemar a los corazones con el verbo. Para la revista Vavilón lo más importante era la rebelión, la lucha social, la protesta. Está claro que los poetas de Arión son de la orientación tradicional y los que publican en Vavilón son vanguardistas. 
En la poesía actual rusa ahora trabajan unos cien poetas muy interesantes de lo cuales treinta o cuarenta son especialmente destacados.
De la generación más veterana puedo nombrar a Oleg Chujóntsev e Inna Lisnianskaya. Son personas que tienen más de 70 años y siguen activas. Son grandes poetas contemporáneos.
Son muy activos los poetas de la generación del grupo Tiempo de Moscú que existía en la Universidad estatal de Moscú a finales de los 70. Son varios poetas entre los cuales los más importantes son Serguéi Gandlevski, Bajýt Kenzhéiev y Alexéi Tsvetkov. Kenzhéiev vive en Montreal; Tsvetkov, en Nueva York. Son muy distintos, podría dar dos conferencias sobre cada uno de ellos. Voy a decir un par de palabras de Gandlevsky. Su obra ya se estudia en los institutos... He recordado para siempre cuándo nació él al haber leído su frase: «Yo nací en el año en el que murió Lolita». Es al año 1952. Sigue la poética de los akmeistas, con lenguaje muy sencillo, sin trucos vanguardistas, sin niebla simbolista. 
Tsvetkov es un poeta muy diferente, no escribió durante 17 años. Un amigo mío que es director del departamento de ruso en la Universidad de Oxford dice que Tsvetkov es un nuevo Brodski. No sé si es así. Pero lo sí que sé que es tal vez el más potente poeta metafísico ruso de ahora. 
Siguen escribiendo los poetas conceptualistas, son de la misma edad más o menos que los poetas del grupo Tiempo de Moscú. Se trata de Timur Kibírov y Lev Rubinshtein. 
También podemos hablar de la nueva poesía social. La practican poetas que tienen entre 30 y 40 años. Es un intento de reavivar a Nekrásov cruzado, tal vez, con Jarms. Voy a nombrar –puedo nombrar una decena– a cuatro que me parecen muy interesantes. Andréi Rodiónov. Su protagonista es un marginal de los suburbios de Moscú, ofendido por la vida, descendiente de proletarios. María Stepánova. Elena Fanáilova. Mariana Gueide. No sé cómo tomarían el hecho de que les agrupe. Son poetas muy brillantes que se inclinan por escribir sobre cosas que no son muy típicas de la poesía. 
Aparte, me gustaría mencionar a varios poetas que, en realidad, parten de la poesía de Arión. Son más jóvenes que yo pero me resultan los más cercanos por su modo de pensar, son más bien tradicionalistas: Maxím Amelin, Inga Kuznetsova e Irina Ermakova. Hace años Maxím Amelin escribió: «Tengo treinta años pero me parecen, trescientosK, entonces yo escribí: «Tengo cuarenta y dos pero me parecen, treinta». Maxím Amelin trata de rehacer la forma de escribir del siglo XVII, versos silábicos, una forma muy arcaica. 
Puedo seguir mucho más pero solo voy a marcar algunos puntos más en el “mapa”. En los últimos años se han dado a conocer de manera muy notable poetas como Fiodor Svarovski, Anna Russ, Borís Jersonski. Un par de palabras sobre Borís Jersonski. Vive en Odesa, en el ámbito de otro idioma. Es muy típico que muchos poetas rusos de ahora se han encontrado fuera de Rusia y viven rodeados por gente que habla otro idioma. Borís Jersonski es una especie de Kafka ruso-judío-ucraniano. Su obra Álbum de familia es uno de los acontecimientos más grandes de la poesía de los últimos años. Para mi personalmente esa situación me resulta muy interesante, el ruso es mi segunda lengua y mi lengua materna es el ucraniano. Lo que ocurre ahora en el punto de encuentro de diferentes poesías, de diferentes lenguas de los pueblos que pertenecían en su día a la Unión Soviética, es muy interesante. Como exotismo os voy a recitar un poema del genial poeta ucraniano, ya fallecido, Vasily Stus.
También existe una corriente religiosa y una de sus representantes, Olesia Nikoláieva, se encuentra ahora en Madrid.
LA PROSA: Lo más importante que ha sucedido con la prosa rusa es su acercamiento a las editoriales. El público considera escritor a la persona que escribe por lo menos un libro al año y este libro entra en la lista de aspirantes a algún premio literario. 
Si podemos nombrar algún grupo que ahora tiene muchísima influencia es la así llamada prosa joven. La estrella más brillante de ese grupo es Zajár Prilépin. Es una persona que vive en Nizhni Nóvgorod, publica en Moscú, viaja mucho por todo el mundo y tiene tendencias izquierdistas. Canta al nuevo movimiento revolucionario de Rusia. Otras personas que forman parte de este grupo son Denís Nóvikov, Serguéi Shargunov y Mijaíl Tarkovski, este último nieto del famoso poeta Arseni Tarkovski y sobrino del director de cine Andréi Tarkovski. Durante los últimos 22 años vive en Siberia y se dedica a cazar martas cibelinas. Por eso tiene derecho a renegar de la vida burguesa de Moscú, de la vida contemporánea y a escribir lo que piensa. 
Ya he dicho que la editorial más grande de Rusia es AST y sus autores están siempre en el punto de mira de todos. Entre ellos, el clásico recién fallecido Vasili Aksionov quien estuvo en la emigración y volvió a Rusia ya después de la perestroika. Otro de ellos es Alexander Kabakov, uno de los prosistas más importantes de la Rusia actual. También Olga Slávnikova, laureada con muchos premios, autora de la novela 2017.Mijaíl Shishkin quien vive en Suiza. Aparte de estos también nombraría a Dmitri Býkov. Trabaja en un periódico, es autor de ocho libros de poesía, de cinco novelas, presentador de televisión, autor de varios libros de biografías de unas 800 páginas. Tuvo mucha resonancia su biografía de Borís Pasternak. 
Podemos decir que en la prosa actual por fin hemos terminado con un tema que llamaba la atención de los escritores durante los últimos treinta años. Es la diferencia entre la Unión Soviética y Rusia. Yo siempre pongo un ejemplo que funciona en todos los países, menos, tal vez, en los Estados Unidos. Coged a cien personas y preguntadlas: ¿Cuántas han nacido en un país y viven en otro? Saldrán unos cinco, siete o a lo sume quince de las cien personas. En Rusia, las cien. 
En cierto sentido Rusia es un país de emigración, todos hemos emigrado de la Unión Soviética a Rusia y sin ni siquiera haberlo querido. Por eso el protagonista de muchas obras literarias –si miramos el panorama literario de hace unos cinco años– era una persona de edad más o menos entre 40 a 55 años, que intentaba a unir las dos partes de su vida: la de la Unión Soviética y la actual. Entre los autores que siguen trabajando en ese paradigma, en ese círculo de temas –y no por eso son menos interesantes– están Dina Rúbina, Vladimir Makanin –un clásico vivo–. En lo que se refiere a la literatura más actual –la de este año y la del pasado año– es un mar sin orillas, hay un gran número de nuevos nombres. No voy a nombrarlos solo quiero mencionar una novela: El puente de piedra de Alexander Térejov. Es una novela-investigación, muy voluminosa, que el autor escribió durante muchísimos años y fue un proceso difícil en el que yo fui testigo de cómo esta obra iba acortándose, todo eso resultó muy interesante. 
Ha pasado desapercibido un cambio en las relaciones entre la literatura rusa de la metrópoli y la literatura rusa de la diáspora. Los escritores que escriben en ruso en el extranjero se han encontrado en una situación totalmente nueva: pueden tranquilamente y sin ningún tipo de traba publicarse en Rusia. Muchos de los nombres que he mencionado hoy, pertenecen a gente que vive en Canadá, en los Estados Unidos. En general, la emigración, como concepto, ya no existe. La pregunta que nos podemos plantear es: ¿Hay un acercamiento entre la literatura rusa de Rusia y la literatura rusa escrita en el extranjero? 
Y, para terminar: Aquí voy a decir brevemente con qué fenómenos sociales bordea literatura. 
Últimamente se hacen muchas películas basadas en las obras clásicas de literatura. A una o dos películas acertadas les corresponden muchos intentos fallidos que hacen daño a las obras clásicas, como, por ejemplo, Maestro y Margarita. 
La literatura bordea con fenómenos como un grupo musical que se llama Pushkin band. El protagonista es el escritor Andréi Bítov. Acompañado por improvisaciones de jazz (con los músicos Alexander Alexándrov, Vladimir Tarásov y otros) Andréi Bítov recita borradores de Púshkin. Sabemos que Púshkin tachaba muchas palabras en búsqueda de la expresión más exacta. Y, conociendo el producto final, es muy interesante ver como Bítov recrea el proceso de acercamiento paulatino hacia la perfección.
La última frontera es la relación entre la literatura y el poder, porque vuelve a plantearse este asunto. En los tiempos soviéticos el Partido dirigía a literatura y la Unión de los Escritores era una especie del Ministerio de Literatura. Guardo hasta ahora el carné de miembro de la Unión, con Lenin en la cubierta y la policía hasta ahora le tiene respeto... Ahora vuelve a la agenda el asunto de los «encargos» a los escritores por parte del Estado. El Estado vuelve a posicionarse respecto a literatura. El ejemplo es el encuentro de una delegación de escritores con Pútin que ya he mencionado antes.

[Nota del Editor: Traducción basada en una interpretación oral hecha por Tatiana Sóboleva de la Conferencia de Dmitri Back, profesor de literatura y crítico literario, pronunciada en Madrid, el 8 de octubre de 2009 en la Universidad Complutense con motivo de la Feria de editores Liber, en la que Rusia fue el país invitado].

CUBA CULTURA

Cuba celebra medio siglo de emancipación cultural y política
Recibido desde el Portal de la Cultura Cubana, a quienes agradezco enormemente

Dai Liem Lafá Armenteros (2011-12-21)

La Habana, (AIN) El taller "Medio siglo de emancipación cultural y política en Cuba" sesiona desde ayer en esta capital, como saludo al aniversario 50 del triunfo de la Campaña de Alfabetización que en 1961 llevó la luz del saber a toda la nación.
Con sede en la Casa del Alba Cultural, este evento de tres días convoca a pedagogos, politólogos y otros cientistas sociales a jornadas de reflexión mediante las cuales, traerán al presente positivas experiencias educativas relegadas, comentó a la AIN Felipe Pérez, especialista de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba.
Afirmó que la Campaña de Alfabetización constituye el hecho cultural más trascendental en la historia patria, obra que no solo apartó del analfabetismo a miles de cubanos, sino que promovió disímiles beneficios como la salubridad, la higiene, la educación de masas y el acceso al cine, entre otros.
Puntualizó el especialista que Ser cultos es el único modo de ser libres, como dijera el Héroe Nacional José Martí, y explicó que es por eso que la emancipación cultural implica la emancipación política.
El primer día está dedicado a los logros de la Revolución desde el año 1959 a 1962.
Hoy se debatirá el proceso educacional desde entonces hasta la fecha, incluyendo el impacto del programa "Yo sí puedo", y la jornada clausura del jueves, dedicada a analizar las perspectivas de la enseñanza a nivel nacional y las relaciones académicas entre Cuba y Estados Unidos.
Paralelamente funcionarán comisiones donde se tratarán temas del escenario científico, cultural y político, y también mesas redondas.
El Taller presenta 64 ponencias y otras 15 en el espacio dedicado al testimonio de participantes en la histórica Campaña de Alfabetización.