miércoles, 19 de diciembre de 2012

OMAR MARSILI

19, 20 de diciembre del 2001

ROSARIO es un pedazo de ciudad, no es una Buenosaires enorme, es apenas un barrio grande, como podría ser Monserrat o Pompeya, si un poco grande pero cuando das un par de vueltas descubrís una nuez. Tiene un montón de perros vagabundos, un sol, una luna, detalles que la hacen una ciudad bastante similar a muchas y si algo la diferencia es que tiene más mitos que gente.
Se dice, y una partida de nacimiento asentada en el Registro Civil lo documenta, que en ella se produjo el nacimiento del mayor mito del siglo XX, el Che. El nació y anduvo por estas calles. Los prejuicios y el espíritu conservador de ricos y pobres sin nada para conservar, negaron su nombre pero ahora encontrás gente que apunta el dedo contra el piso y dice Acá Nació el Che.
También parieron en este rincón tan argentino a Fito Paez, Baglietto, Angélica Gorosdicher e Inodoro Pereyra. Este es un caso aparte porque a este gaucho desgraciado lo parió un hombre, cosa bastante reñida con las leyes morales de este lugares caracterizado por obispos reaccionarios. Acá reinó el mismísimo Caggiano, estrecho colaborador de Dios en la parte más negativa de Dios
Pero Hablar de mitos obliga a recordar al Pocho Leprati, un flaco de barba con votos de pobreza y castidad que hablaba de Dios a los mismos miserables que alimentaba. Si, él y su corazón levantaron un comedor para dos mil comensales todos los días y hubiese continuado con su tarea de no ser por las balas asesinadas de los políticos de turno. El Pocho Leprati era un mal ejemplo. Un hombre sin fortuna ni ambiciones políticas que enseñaba el amor platónico en la era del pragmatismo menemista, un solidario en la sociedad individualista de los noventa. Fue necesaria una bala certera, una bala llena de odio, una bala de silencio que pudiese terminar con el mal ejemplo de alimentar al hambriento de terminar con el hambre para educar después. Y el Pocho Leprati encontró la tumba antes de ver su sueño. El trabajaba por la gente y jamás pidió un voto. San Pocho Leprati jamás será canonizado porque su predica era concreta: Comida, educación, un ejemplo en la vida en sus actos.
Pocho Leprati, bautizaron los pobres a la calle del presidente (Roca) que mató los indios del sur pero la política oficial sigue respetando. Los políticos, los tribunales de la injusticia con su diosa Dike duermen el expediente del Pocho muerto. Ningún político fue. 
En de diciembre de 2001 encontró el cielo pero él quería la tierra, los pobres, la vida. 
Al Pocho trataron de asesinarlo en los tristes 19 y 20 de diciembre del 2001, y Reuteman y sus ministros y su gente nunca explicaron nada. Sin embargo, el Pocho Leprati con su rota bicicleta ronda las calles los comedores barriales los graffitis, recogiendo los besos de un pueblo que jamás podrá olvidarlo. 
Paradojas, Pocho mito, Reuteman senador, la Vergüenza Diosa. 
Nota: 
El 19 y 20 de diciembre de 2001
Rosario –que tiene el 3% de la 
población de Argentina- tuvo el
25% de las muertes.
La mayoria de ellos trabajadores Sociales

No hay comentarios: