lunes, 23 de abril de 2012

FENÓMENO, EPIFENÓMENO

Por Helios Buira

En tiempo ha, el Fenómeno Artístico era el núcleo de todas las visiones estéticas habidas y por haber. Se han escrito miles y miles de páginas al respecto. Esas páginas fueron firmadas por nombres ilustres, por Inmensos autores que era y es loable seguir, indagar en ellos, una y otra vez.
El epifenómeno de ese núcleo acompañaba conformando una estructura de acción que coadyuvaba a la cristalización de hechos que el artista generaba para legar al mundo su obra.
Pero algo sucedió en el transcurso temporal y hoy día nos encontramos con que el epifenómeno ha cobrado tal importancia, que por momentos es difícil apreciar los verdaderos valores de la producción artística de este tiempo. Es más, se han trastocado los valores.
Leí en una revista de arte el siguiente texto, pero, lamentablemente debo confesar que no recuerdo el nombre de su autor ni el título de la publicación: “Antes, el artista creaba, el crítico opinaba y el público observaba. Hoy, el mercado, le dice al crítico que le diga al artista, qué es lo que tiene que hacer”
La solidez de ese párrafo no tiene fisuras. Es contundente, demoledor, para los argumentos que hoy algunos llevan como bandera al querer justificar lo que no puede sostenerse ante la evidencia de la catástrofe que los mercaderes han generado desde la insensibilidad de su accionar.  El planeta está lleno de ejemplos. Y a la vista.
La obra de arte es cosa en el planeta. Pero no es mera mercancía. Ellos pueden ponerle precios en dólares y en euros, pero hay una zona de la obra en la cual no pueden entrar y esa zona, nos pertenece a todos.; esa es la franja que repara, que mitiga dolores y que nos permite seguir creyendo. 
El arte es un acto de fe.
Podría agregar; "Que los dioses me condenen si la grandeza puede ser alcanzada por medio del fraude"
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