sábado, 21 de abril de 2012

ABRAHAM HABER

De su libro
SÍMBOLOS, HÉROES Y ESTRUCTURAS
Editorial Hachete 1976

Sincronicidad entre las imágenes del arte y las ideas

La gestación en la imagen de aquello que después será idea, ciencia o filosofía tiene un momento ejemplar en el arte y en el pensamiento griego y ha sido muy bien descripto por Herbert Read, para quien el elemento irreductible de la cultura griega es el elemento estético que en definitiva está en “la base de las matemáticas y de la geometría griega, y la filosofía griega en general, empieza como una meditación sobre las cualidades universales, como la geometría y la armonía”. Para captar bien el proceso es necesario remontarse al arte neolítico y tener en cuenta la facultad de abstracción, que suponemos una característica propia de la especie humana. Por ella en el arte neolítico se da el aislamiento de una forma de su función práctica y el traslado de esa forma vacía a un contexto muy diferente. El ejemplo suministrado por Read es reconstruido a partir del estudio de las actividades de los primitivos actuales.
El tejido y la cestería manejaban materiales como el hilo, el mimbre o el bejuco que necesitan ser entretejidos o entrelazados para producir el paño o el cesto. Estas operaciones originan diseños geométricos que después aparecen reproducidos en las vasijas de cerámica. En el cesto el diseño es el resultado de un trabajo y manipulación exigida por el objeto que se fabrica y por el material que se usa. El mismo diseño grabado en la superficie de un vaso de cerámica implica una abstracción puesto que la forma ha sido aislada de la práctica, de la función y del material que la originaron. Este tipo de decoración sería un testigo de que la psique del hombre comienza a distinguir entre forma y contenido. “No digo, nos aclara Herbert Read, que la forma y el contenido tuvieran que diferenciarse conscientemente, ya que no hay necesidad de que intervenga un intelecto consciente en esta etapa. Bastaría una intuición de forma”. Esta intuición fue posible por la práctica estética y es de esta intuición o sentimiento de forma de la cual surgirá después la noción, idea o concepto de forma, sin la cual es casi imposible concebir el desarrollo posterior de la cultura de la humanidad. “Las operaciones de cestería y el tejido originaron formas o modelos de entretejer en los cuales la percepción de los objetos se ajustaba automáticamente… una percepción inconsciente de una semejanza formal entre los carrizos y el bejuco, y ciertos animales, serpientes, por ejemplo, fue sin duda, la primera etapa en el proceso”. Así la forma resultante del entrecruzamiento del mimbre en la confección del cesto fue el modelo para producir posteriormente la imagen de serpientes entrelazadas. “Se estableció una correlación entre la incipiente imagen visual del ave o animal y el diseño físico ya confeccionado. La imagen se deslizó en el molde mental ya preparado”. La posibilidad de separar del mibre la forma alargada y alojar en ella una serpiente originó una práctica estética que fue la precursora de la conciencia de forma.
Para hacer entrar la serpiente o el ave en el diseño geométrico previo es necesario suprimir detalles de tipo naturalista. Existe toda una etapa de transición en la cual es visible la geometrización paulatina del animal representado. En algunos casos se llega a una abstracción geométrica de tal tipo que es imposible reconocer el objeto o animal que sirvió como punto de partida.
El aislamiento de la forma implica el nacimiento del arte geométrico y también de la geometría como ciencia. A través de la cerámica sabemos que desde el siglo XI A.C. el arte griego fue geométrico. El ornamento lineal se hizo cada vez más complejo y variado. “El resultado general hacia principio del siglo VII fue una conciencia ampliamente difundida de los elementos geométricos como tales, de su existencia concreta y particular. Aparecieron después los primeros filósofos: Tales de Mileto a fines del siglo VII A.C., Pitágoras y su escuela del siglo VI. La civilización griega se largó a su gran aventura, los artistas la habían hecho posible”. Los filósofos pitagóricos convirtieron en conceptos los elementos descubiertos por el artista en su experiencia. Las imágenes del arte habían abierto las puertas para la exploración o descubrimiento de las entidades o relaciones ideales que formaron una ciencia que ahora llamamos matemática.
Es de hacer notar que la noción de armonía, proporción, simetría, equilibrio surgen de esa cuna preparada por el arte geométrico.
Ahora bien, así como la serpiente había entrado en la forma de la tira de mimbre, también la forma del hombre entró en el diseño geométrico. “La distintiva contribución griega fue un desarrollo del arte neolítico y consistió esencialmente en una aplicación de los principios abstractos de la simetría y de la proporción armónica a la figura humana”. Pero en el período arcaico ya empieza a asomar el principio de vitalidad que se fusiona con los elementos geométricos. En el siglo V A:C. la escultura griega es una síntesis de geometría y vitalidad que constituye la imagen del ideaql humano. Y efectivamente sobre esta base los griegos forjaron un ideal del hombre en la que predomina el equilibrio, la armonía, el justo medio. El arte escultórico había concretado con la imagen vital del hombre encuadrado dentro de relaciones matemáticas los antecedentes que hicieron posible una idea del justo medio en el orden espiritual y moral.
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1 comentario:

juan manuel gonzalez wallinger dijo...

hermosa explicación de la influencia estética como origen de lo ético o mito y forma de la belleza como armonía. gracias