Sí, el Nuevo Año.
Total y absoluto silencio en la calle, siendo las dos y media de la madrugada, aquí en Ciudad Moreno
Se cumplió el ritual pirotécnico, de manera ensordecedora y por momentos inquietante.
La gata con sus tres gatitos, uno de ellos de otra lechigada, están adentro de casa, durmiendo plácidamente, como si nada hubiese pasado. Pero durante el estallido, los cuatro junto a mí, mientras transcribía algunos textos para publicar.
Mis hijos reunidos en casa de uno de ellos, todos saludándome cuando dieron las doce de la noche, preguntándome sobre mi estar. Bien -les dije a cada uno-, leyendo a Viviane Forrester en su Ensayo sobre Van Gogh y escuchando la más bella Música que el hombre haya creado en el Universo.
En el momento de hablar con ellos, era Monteverdi quien me acompañaba en el inicio del nuevo año.
Ahora, los días que vendrán.
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