En el barcito, 
mientras espero a Erika mi hija, que está en su clase de tenis; la observo a 
través de la ventana, la veo correr junto a sus compañeros siguiendo las 
indicaciones del profesor. 
 
Arriba, sobre el 
techo del bar la autopista, estrépito de camiones que se deslizan por la bajada 
que da a la calle Solís; hay un murmullo de personas que vienen a practicar este 
deporte individual, aunque a veces se juegue en pareja, dos contra 
dos. 
 
A Erika parece ser 
que le atrapan estas disciplinas en las que sola, con otro enfrentado, expresa 
los movimientos de su cuerpo. También el ping-pong que lo practica en la 
escuela. Y gana sus trofeos. 
 
Tengo algo más de 
una hora en la espera; apenas me siento a la mesa, Noelia, la bella niña que 
hace de mesera me trae un cortado sin que se lo pida. Rituales, llamo a estas 
maneras de comunicación. Entonces despliego cuaderno, libro, lapiceras y me 
entrego a la lectura o a la escritura según las ganas. Esta vez es Faucault, 
desde un compilado de textos que dicen sobre el lenguaje libertario, intentando 
hacer un análisis sobre las relaciones del poder. Y habla sobre dicotomías entre 
instinto y represión vinculado esto a una concepción freudiana y hace un 
desarrollo interesante planteando cómo los psicoanalistas desplazaron 
considerablemente el problema, haciendo surgir una nueva noción de instinto y 
Faucault dice sentirse preocupado y molesto, porque en la elaboración propuesta 
por los psicoanalistas, estos cambian el concepto de deseo, de instinto, pero no 
cambian en absoluto la concepción de poder. 
 
Y se plantea una 
cuestión: “cómo es que Occidente conciba el poder de manera restrictiva -y 
dice-, tan negativa". Y opina que esto se debe a la influencia de Kant, idea 
según la cual en última instancia, la ley moral, el “tú no debes”, la oposición 
“debes / no debes” es, en el fondo, la matriz de la regulación de toda la 
conducta humana”. 
 
Yo creo que mucho 
antes que Kant, esta cuestión de la conducta humana tiene raíces muy profundas 
en los asuntos tratados en el Nuevo Testamento, a la vez que en el crecimiento 
del poder en el seno de la Iglesia, que se transforma en Estado, paralelamente 
al poder de conquista de las crecientes monarquías que fueron apareciendo en el 
transcurso de la Edad Media, por supuesto, lo que luego se llamaría burguesía, 
que se viene gestado desde aquellos tiempos. 
 
Pero todas estas 
cuestiones, sean el Estado, la burguesía, la monarquía o como se llame, incluso 
en nuestros días, tiene como fundamento única y principalmente, la conquista del 
dinero. Y esto es El Poder, más allá que Faucault, luego, intenta desarrollar 
una teoría por la cual se interroga acerca de la posibilidad de analizar el 
poder en sus mecanismos positivos. 
 
Porque las formas de 
dominación, la de todos los días, en las oficinas, en las escuelas, en los 
cuarteles, en los matrimonios, en las relaciones padres e hijos, en las calles o 
donde sea, todas, están sojuzgadas por la Gran Dominación. 
 
Faucault dice que 
Marx dice que no hay UN poder sino que hay varios poderes y formas de 
dominación. 
 
Tengo mis 
dudas. 
 
El Gran Poder hace 
docencia para que las sociedades mantengan de manera permanente la dicotomía: 
dominantes-dominados. El poder no es una apariencia ni una teoría. El 
poder se ejerce. Y si así no fuera, entonces por qué, tantos y tantos pensadores 
se ocuparon y se ocupan por desentrañar esta cuestión. No es una abstracción. Ni 
una idea. Es un acto. De poder.
Más todos los textos 
explicativos, todas las teorías, no revierten la situación. Se puede hablar 
sobre el poder, se lo puede negar, explicar, o lo que se quiera, pero la 
situación sigue siendo la misma: dominantes-dominados 
 
Ahora digo, o 
pregunto: esta relación entre los que mandan y los que obedecen: ¿Desde Cuándo? 
¿En qué momento de la historia del hombre, comienza esta nueva historia? 
¿Cuándo, cómo? ¿Bajo cuáles circunstancias alguien se dejó mandar, dejando en el 
camino su libertad? Y lo peor, para los tiempos, fue que aquél y aquellos que 
dejaron de lado su libertad en aras de ser mandados, lo hicieron a perpetuidad. 
Y desde allá, desde entonces, el desequilibrio, la inseguridad y la tristeza 
para los dominados. 
 
Y no importa si el 
que manda es noble o cruel. Porque de cualquier manera, la relación no se 
modifica. A quien se sirve, es al que manda. Ya sabemos lo que sucede cuando el 
mandado o dominado intenta modificar la relación. El que manda, de inmediato, 
muestra los dientes y la dentellada suele ser fatal. 
 
Por esto y para esto 
es que se ha creado el Estado. Para el dominio, para sostener la división. 
Porque quienes mandan, quienes detentan el poder lo hacen desde todas las 
maneras posibles, pero en principio, con la utilización del Estado y desde allí, 
organizan el aparato jurídico que les permite sostener ese, SU 
Poder. 
 
Ya lo dijo 
Aristóteles en el Capítulo Primero de La Política: "Ha sido la misma naturaleza 
la que ha creado ciertos seres para dirigir y otros para obedecer, ambos se 
asocian por el instinto de conservación. Ha dispuesto que el ser dotado de razón 
y de prudencia mande, y el que por sus condiciones corporales pueda realizar los 
mandatos, obedezca" 
 
Y en el final de 
Capítulo 1, termina diciendo: "Justicia: esa es la base de la sociedad; derecho: 
ese es el principio de la asociación política" 
 
Hablando, claro es, 
de la construcción del Estado.    
Y quienes detentan el poder, tienen quien los justifique, desde hace ya algunos miles de años.
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