domingo, 4 de marzo de 2012

LEÓN TOLSTOI

¿Qué es el Arte?

Prólogo
Abrid un periódico cualquiera: no dejaréis de encontrar en él una o dos columnas consagradas al teatro y a la música. Encontraréis también, la mayoría de las veces, un suelto relativo a alguna exposición artística, a la descripción de un cuadro, de una estatua, y sin duda alguna, el análisis de novelas, cuentos y poemas nuevos.
Con gran premura y con mucho riqueza de detalles, os dirá ese diario de qué modo tal o cual actriz representa tal o cual papel en tal o cual pieza; y; sabréis al propio tiempo lo que vale esa pieza, drama, comedia u ópera, así como el desempeño que cupo a su representación. Tampoco ignoraréis lo que ocurrió en los conciertos: se os dirá de qué modo tal o cual artista representó o cantó una pieza determinada. Por otra parte, no existe hoy DIA ninguna gran ciudad en que no esté abierta cuando menos, una, y a menudo dos o tres exposiciones de cuadros, cuyos méritos y defectos proporcionan a los críticos de arte materia para minuciosos estudios. Por lo que toca a las novelas y poemas, se suceden con gran rapidez; apenas pasa un DIA sin que aparezcan algunos nuevos, y la prensa se considera en el deber de hacer estudios concienzudos relativos a ellos.

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11 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que cualquier juicio sobre las consideraciones que hace Tolstoi en este prólogo, será –precisamente por tratarse de un prólogo- muy parcial e incompleto. No obstante, me resultó poco riguroso el recurso de interrogar desde el título “¿Qué es el arte?”, para luego describir (y denostar) actividades que no lo son. Es como juzgar “Los girasoles” de Van Gogh, haciendo un recorrido por una fábrica de pinturas.

helios dijo...

La obra que Tolstoi propone bajo el título de ¿Qué es el Arte? consta de 18 capítulos y una Conclusión. He publicado el libro completo, pero, esa frase tuya del final de tu aporte, me interesa, pues habiendo leído todo el libro, no termina de convencerme. Creo que Tolstoi ya estaba medio lelo y tal vez resentido o confundido con su misticismo que lo llevó creo, que a la locura. Lo mismo sucede con Berdiaev, que por querer explicar el cristianismo mezclándolo con la filosofía, cometió serios errores de apreciación acerca del hombre.

Anónimo dijo...

Lo que sí define este prólogo, es un concepto utilitario del arte. Tolstoi parece concebir el arte como instrumento, como un medio, no como un fin en sí mismo. Creo que pone en evidencia una posición ideológica que excede los límites del arte.

helios dijo...

El arte, es lo que contiene a las obras de arte. Puede que algunos artistas tomen el acto de crear como un medio para decir lo que creen tienen para decir. Las pinturas de las cuevas y aquellas Venus milenarias, fueron creadas antes de que apareciera "El Arte" y aquí entonces, lo que Herbert Read dice: "Si el artista no crea, el filósofo no piensa"
La obra artística es otra manera de decir: el asunto, es qué se dice con ella.
Creo, como decís, que una obra es en sí misma; el cómo y el porque fue hecha, es algo que no la modifica.
El Guernica, es esa obra, no otra. Aunque esté diciendo sobre la masacre perpetrada por los alemanes. Pero dice, y ahí aparece la disyuntiva.

Anónimo dijo...

La disyuntiva, Helios, es un planteo de la intelectualidad de izquierda. Sartre reclamó “el compromiso” como valor decisivo del arte. Creo, sin embargo, que una obra de arte es siempre comprometida. Más aún cuando ese compromiso no deviene voluntario, cuando no es un propósito deliberado, pensado. Es otra vez Hölderlin hablando de dioses y mendigos. (Por supuesto, me encanta discutir con Sartre, ahora que no me puede replicar)

helios dijo...

El compromiso del artista, es con su propia obra.
Con Sartre, sin Sartre.
El contenido, determina la forma. Si hay algo para decir, seguramente aparecerá el cómo decirlo.
Cezanne, a su manera, Van Gogh, Gauguin, Policastro, Carlos Alonso, Spilimbergo, Quinquela Martín, Balzac, Sábato, Borges, Schumann, Piazzola y todos los demás. TODOS. Incluidos los abstractos, los que hacen música electroacústica y quien se exprese a través de lo que llamamos arte.
Si no hay compromiso con la obra, dudo entonces de que haya obra de arte.

Anónimo dijo...

Sin embargo, Whistler declaró: "El arte ocurre".
Y es cierto que algunos objetos entran en esa categoría, (o no entran) por razones incomprensibles.

Anónimo dijo...

Copio y pego:
"... todas las formas tienen su virtud en sí mismas y no en un “contenido” conjetural.

Eso concordaría con la tesis de Benedetto Croce; ya Pater, en 1877, afirmó que todas las artes aspiran a la condición de la música, que no es otra cosa que forma.

La música, los estados de la felicidad, la mitología, las caras trabajadas por el tiempo, ciertos crepúsculos y ciertos lugares, quieren decirnos algo, o algo dijeron que no hubiéramos debido perder, o están por decir algo; esta inminencia de una revelación, que no se produce, es, quizá, el hecho estético."

Borges- "La muralla y los libros"

Anónimo dijo...

Quizá parezca, Helios, que discuto alguno de tus conceptos sobre este tema. No es así.
No estoy oponiendo a las tuyas, otras definiciones; las estoy sumando.
La palabra “arte” designa un objeto de tan difusos contornos, de límites tan imprecisos, que requiere, creo, de más de una aproximación.

helios dijo...

Igual, aunque estuviésemos discutiendo, siempre sería una sumatoria, si es que uno discute para mejorar su visión del mundo, no solamente para tener razón.
Es que se suele hablar de la palabra arte y no de las obras que hacen que exista esa palabra. El arte, como palabra, como concepto, como idea, pensamiento o lo que fuere, apareció después que los primeros, aquellos de las cuevas, plasmaron sus imágenes. Ellos no sabían que estaba haciendo "El Arte". Pero, había un contenido vinculado con la magia. Por ello es que sostengo que el contenido, determina la forma. En el expresionismo abstracto, en la abstracción geométrica, el contenido, es la forma en sí. Luego, aparecieron otras maneras de expresión en el tiempo, manteniendo la cuestión de contenido y forma, como algo inseparable.

Anónimo dijo...

Si, la palabra es posterior al objeto real o imaginario que designa. Si no hay objeto, no hay nombre. No sólo el arte, también las piedras o el dolor, son previos a la palabra que los menciona. En las pinturas rupestres, Charles Pichon vio un acto de magia. Afirma que, en la duplicación de esas figuras de la realidad, el artista, “capturaba” gráficamente lo que el clan necesitaba para sobrevivir. Pichon le atribuye a esa práctica el origen de los mitos gémicos.
La música, sin embargo, parece expresión pura, sólo forma, sin contenido. Una forma estética vacía que cada oyente carga con sus propios contenidos de conciencia.