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Cuando en el mundo se crean organismos de Derechos Humanos, Organizaciones de lucha contra el hambre, es porque las cosas no se hicieron bien, porque el accionar de quienes tienen la obligación de administrar los recursos del planeta, en cada continente, en cada país, en cada ciudad, pueblo o comarca, ha sido crear un desequilibrio económico cuya consecuencia es la injusta, injustísima, distribución de la Renta Mundial.
Esta injusticia, es la que pone en riesgo la vida de miles de millones de seres humanos.
La Vida. No, las formas de vida, la vida misma.
Este desequilibrio, esta sideral injusticia, mata. Por lo cual, es un crimen de Lesa Humanidad y quienes ejecutan esas miles y miles de vidas, deberían pudrirse en una cárcel, hasta que el polvo de sus huesos sea esparcido por los vientos de la esperanza en una vida digna, justa, en libertad, para la cual nace el ser humano.
Creo que fue Einstein quien dijo: “La formulación de un nuevo pensamiento se hace indispensable, si la humanidad desea sobrevivir y alcanzar ideales más elevados.” O sea, que este hombre, habla lisa y llanamente, de que hay una posibilidad de que la humanidad, de seguir en las condiciones actuales, podría desaparecer del planeta. Y acerco entonces, las palabras de Mario Benedetti, cuando dice: “Temo que la humanidad se suicide, no llegue al próximo siglo”
Caramba, esto es durísimo, trágico, pavoroso, leer semejantes sentencias.
Pero mientras estas palabras son dichas, hay quienes jamás tendrán acceso a ellas, jamás sabrán que fueron pronunciadas, porque no llegarán al año de vida, porque no llegarán a la adolescencia, y porque muchos, siendo adultos, morirán a causa del hambre.
Aunque otros, tampoco tendrán conocimiento de ellas, ya que su educación primaria es nula, están alejados de la posibilidad de una instrucción escolar. La ignorancia a la que son sometidos, los quita de todas las posibilidades posibles.
Para miles y miles de estas personas, la premisa de las urgencias, lo primero de lo primerísimo, es comer. Comer hoy. Porque mañana ya es tarde.
Hablo y escribo contra las guerras, hablo y escribo acerca del hambre, de las injusticias, de las ideologías, del costo de vida, de los precios que suben, del calor que este verano tuvimos que soportar, del frío del invierno, de cómo viajo en trenes atestados, incómodo, mascullando bronca todos los días y resulta que en el párrafo anterior, escribo que para muchos, para muchísimos, mañana ya es tarde si no comen hoy.
Como dijera Sábato en uno de sus libros: "En qué Banco de la Justicia Universal se les pagará a estas personas la deuda que el resto de la humanidad tiene para con ellas”
Mentiras, hipocresías, sofismas, todo preparado para justificar el accionar de quienes detentan el poder en el planeta, que son, en verdad, quienes organizan los planes económicos que distribuyen la Renta Mundial de la manera más cruel, más perversa que uno pueda imaginarse. Estos poderosos, lo único que quieren, es más. Solamente más. Siempre, claro es, para ellos.
Los violentos contrastes entre los países poderosos, los de la abundancia y los países sometidos, los de la pobreza, dan veracidad a mis palabras. La injusticia es fenomenal. Someten a miles de miles de seres humanos a un hambre crónico, que se transmite de generación en generación, sin posibilidad de salvación alguna. Tienen una cuota fija, permanente, de hambre y miseria.
Qué diferencia, cuánta distancia, con Aquél, que se preparaba la punta pulida a mano, la punta de piedra con la cual luego daría caza a la presa que sería el alimento del grupo, de la tribu, en natural supervivencia.
Y cuánto dolor, saber que todo el hambre del mundo es evitable, que no es un cataclismo natural, sino algo provocado por el hombre.
Cuánto dolor... ante tanta injusticia, ante este horrendo crimen. Ante este genocidio.
En qué banco de la Justicia Universal se les devolverá a estos seres inocentes un destino diferente, un destino que no sea otro que el hambre, que pasa de generación a generación desde hace años y años.
El hambre y las guerras no son una catástrofe. Son una forma de gobierno.
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